Jacinto Palacios vive en la guitarra de la memoria: una lectura desde la comunidad y el canto popular
Jacinto Palacios vive en la guitarra de la memoria en la obra de Filomeno Zubieta Núñez
En tiempos como las actuales y en un país sigue arrastrando desigualdades históricas y centralismos culturales, en el que las industrias culturales globalizadas imponen sus estéticas, sus voces y sus memorias hegemónicas, recuperar la historia de un músico como Jacinto Palacios Zaragoza, tal como lo nos muestra el Dr. Filomeno Zubieta Núñez en su reciente obra Jacinto Palacios Zaragoza y el huayno ancashino, es un gesto profundamente político, simbólico y afectivo. Filomeno, no es aijino, pero es ancashino y como tal nos entrega una gran obra dedicada a Jacinto Palacios por ello, representa un gesto colectivo de memoria, una afirmación de las raíces vivas que florecen en las provincias, en las voces del pueblo y en las cuerdas de la guitarra.El libro está tejido con cuidado, con hilos de afecto y amarrado con documentos que han sido rescatados desde lo local, desde lo más íntimo que tiene la comunidad. Zubieta reconstruye la infancia de Palacios en Aija, su juventud bohemia en Huaraz, sus aprendizajes fuera de la escuela estatal y su transformación en un cantor del pueblo. Lejos de los grandes escenarios oficiales, Jacinto Palacios vivió la música como forma de vida, como vínculo con su comunidad y su gente, como expresión de un sentir comunitario profundamente andino.
Esta obra no idealiza a Jacinto Palacios. Por el contrario, muestra el aprendizaje del arte en todo espacios, en la vida misma. El arte se aprende en las calles, en los concursos regionales, en los velorios, en las fiestas patronales, en los espacios como la Unión Obrera Independiente. Se nutre de los testimonios de quienes compartieron con él, de los registros de propiedad intelectual, de las composiciones registradas, pero también de las emociones que sus canciones siguen despertando.Lo significativo y valioso de esta importante publicación es que habla desde el lugar que casi nunca tiene voz en los discursos oficiales. Zubieta escribe desde Áncash, para Áncash, para el Perú y el mundo; para quienes reconocemos que la historia cultural del Perú no puede seguir escrita sólo desde la capital ni desde la mirada académica tradicional. Nos ofrece una visión donde el arte popular tiene nombre propio, rostro, cuerpo, guitarra y alma.
En ese sentido, como lector/a, admiradora del Dr. Filomeno y como amante de las músicas de mi pueblo, agradezco profundamente al Dr. Filomeno Zubieta por haber puesto esta obra en mis manos. Porque en ella no sólo he encontrado la historia de un gran artista, sino también la fuerza de una identidad que no se rinde, que canta, que sobrevive.
Jacinto Palacios sigue vivo. Vive en cada huayno ancashino, en cada fiesta donde se alza la voz del pueblo, en cada joven que aprende a cantar con orgullo. Y este libro es una forma de asegurar que esa voz no se apague, que la guitarra no se guarde, que la memoria siga siendo compartida. Si eres Peruano, estás obligado a leer esta obra.
Mi gratitud Dr. Filomeno, Aija se lo agradece.
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