La gestión educativa andragógica en los CETPRO del Perú: aportes desde los modelos de Juan Casassus

 

La gestión educativa andragógica en los CETPRO del Perú: desde la perspectiva los modelos de Juan Casassus

Introducción


En el contexto de la educación en el Perú, los Centros de Educación Técnico-Productiva (CETPRO) tienen roles fundamentales en la formación de jóvenes y adultos que quieren mejorar sus competencias laborales, reinsertarse en el sistema educativo o dar respuesta a demandas actuales del mercado de trabajo. A diferencia de la Educación Básica Regular, la Educación Técnico-Productiva se caracteriza por ofertar formación para una población diversa en contextos propios, con trayectorias educativas discontinuas, experiencias laborales previas y responsabilidades familiares. Esta situación exige una gestión educativa pertinente, flexible y contextualizada.

En este contexto, la andragogía es una alternativa como un enfoque teórico-práctico indispensable para orientar los procesos educativos dirigidos a personas adultas que reconoce su autonomía, motivación intrínseca y aprendizaje basado en la experiencia. La gestión educativa andragógica, por tanto, no se limita a modelos tradicionales centrados en el control normativo, sino que debe incorporar enfoques que promuevan la participación, la comunicación y la mejora continua. De este modo el estudiante siente pertenencia y no abandona sus estudios. En este sentido, los modelos de gestión educativa propuestos por Juan Casassus (1999) ofrecen un marco conceptual relevante para analizar y fortalecer la gestión de los CETPRO en el Perú.

La gestión educativa y la planificación con enfoque andragógico

La gestión educativa comprende un conjunto de procesos interrelacionados orientados a garantizar el funcionamiento eficaz de las instituciones educativas y el logro de los aprendizajes. Según Casassus (1999), la gestión no debe entenderse únicamente como una dimensión administrativa, sino como un proceso complejo que articula lo pedagógico, lo organizacional y lo humano. En el ámbito de los CETPRO, esta concepción adquiere especial relevancia debido a la diversidad de necesidades de los estudiantes adultos.

Desde una perspectiva andragógica, la planificación educativa debe partir de un diagnóstico realista del contexto institucional y social. Knowles, Holton y Swanson (2015) señalan que el adulto aprende motivado por necesidades concretas y orientado a la solución de problemas de su vida cotidiana. En consecuencia, la planificación en un CETPRO debe considerar las características socioeconómicas de los estudiantes, sus expectativas laborales y las demandas productivas del entorno local.

Los modelos de planificación estratégica y planificación estratégica situacional planteados por Casassus permiten responder a estas exigencias, ya que promueven una planificación flexible, basada en objetivos claros, pero adaptable a los cambios del contexto. En un CETPRO, este enfoque posibilita diseñar programas formativos pertinentes, alineados con las oportunidades laborales y con las capacidades reales de los estudiantes.

Organización, participación y comunicación

La organización educativa constituye otro eje central de la gestión. En los CETPRO, la organización no solo implica la distribución de funciones y recursos, sino también la construcción de una cultura institucional que valore la participación y el trabajo colaborativo. El Proyecto Educativo Institucional (PEI) se convierte en una herramienta clave para orientar la acción educativa, establecer normas de convivencia y promover la corresponsabilidad entre directivos, docentes y estudiantes.

En este punto, el modelo comunicacional de gestión educativa propuesto por Casassus resulta especialmente pertinente. Este modelo concibe a la institución educativa como un espacio de interacción social, donde la comunicación cumple un rol estratégico en la toma de decisiones, la resolución de conflictos y el fortalecimiento del sentido de pertenencia. En la educación de adultos, la comunicación horizontal y el diálogo respetuoso son fundamentales, de esta manera se reconocen al estudiante como sujeto activo o protagonista de su aprendizaje y portador de saberes previos valiosos.

De la misma manera, la participación de los estudiantes adultos en la gestión institucional contribuye a fortalecer su compromiso con el proceso formativo, favorece un clima institucional democrático y coherente con los principios de la andragogía.

Evaluación, calidad y mejora continua

La evaluación y el control son funciones esenciales de la gestión educativa, se orientan a verificar el cumplimiento de los objetivos y a mejorar los procesos institucionales (vida institucional). En los CETPRO, la evaluación no tiene que limitarse a la medición de resultados académicos, por el contrario debe considerar indicadores cualitativos relacionados con la pertinencia de su formación, la inserción laboral y la satisfacción de los estudiantes.

Los modelos de calidad total y reingeniería, planteados por Casassus, aportan herramientas conceptuales o modelos para promover la mejora continua en la gestión educativa. La calidad es enfatizar la evaluación permanente de todos los procesos y la búsqueda permanente de mejoras, mientras que la reingeniería propone cambios estructurales de la institución cuando los modelos existentes dejan de responder a las necesidades del contexto. Aplicados a un CETPRO, los enfoques descritos permiten actualizar la oferta formativa, optimizar los recursos y fortalecer la articulación con el sector productivo.

Conclusiones

La gestión educativa orientado  a los CETPRO del Perú, es de enfoque andragógico y por tanto requiere superar los modelos tradicionales y tomar aquellos modelos que respondan a la complejidad de la educación de personas adultas. Los modelos de gestión educativa que propone Juan Casassus ofrece un marco conceptual bastante sólido para orientar una gestión basada en la planificación estratégica, la participación, la comunicación y la mejora continua. Integrar los modelos desde una perspectiva andragógica va contribuir a fortalecer la calidad y pertinencia de la educación técnico-productiva, reconocer al estudiante adulto como protagonista de su proceso de aprendizaje y como agente de transformación social.

En consecuencia, resulta fundamental impulsar la formación de gestores y docentes en andragogía, así como diseñar políticas educativas que fortalezcan la autonomía institucional de los CETPRO y contribuyan a consolidar aprendizaje a lo largo de la vida como eje central del desarrollo educativo y social del país.



Bibliografía

  • Casassus, J. (1999). Marcos conceptuales para el análisis de la gestión educativa. UNESCO.

  • Knowles, M. S., Holton, E. F., & Swanson, R. A. (2015). The adult learner: The definitive classic in adult education and human resource development. Routledge.

  • Ander-Egg, E. (1995). Introducción a la planificación. Lumen-Humanitas.

  • Ministerio de Educación del Perú (MINEDU). (2020). Lineamientos para la gestión de la educación técnico-productiva.

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