La CONVIVIALIDAD PARA DESCOLONIZAR LA BARRIGA
Convivialidad para descolonizar la barriga
Cuando hacemos referencia a "descolonizar la barriga", aludimos a sanar algo que nos cambió desde hace mucho tiempo. Descolonizar es volver a nuestras propias formas o maneras de vivir, es recuperar nuestros saberes despreciados, nuestras comprensiones, convivencias y nuestras memorias, deslegitimados. Es también, dejar de obedecer las ideas que nos impusieron para hacernos avergonzar del territorio, de la comunididad, osea de nuestrss convivialidades. Para Quijano (2000), es La Colonialidad del Poder, osea la colonización no solo ocupó la
tierra: también ordenó nuestros gustos, nuestras costumbres y hasta lo que creemos que es “buena comida”. Nos dijeron que lo nuestra es comida para pobres y con ello nos avergonzaron y obligaron a comer lo que ellos producen.
Estas son las razones por las que muchas veces preferimos lo importado, lo enlatado, lo lleno de azúcar, pollo, coca cola, etc., y poco a poco fuimos olvidando lo que alimenta, lo que sana, lo que representa a nuestra territorialidad y comunalidad: la quinua, el tarwi, la papa, la oca, el cushuro, el caldo de hueso, el chuño.
Por eso es necesario la convivialidad, para volver al Buen Vivir entre nosotros, respetárnos y compartir lo que somos. Es convivir en armonía, en equilibrio, con la tierra y con todas las personas de la comunidad. Illich (1973) explicó que la convivialidad es ser nosotros —nuestros alimentos que son nuestrss madres vistas como semillas sagradas, son nuestras herramientas, nuestras formas de preparar los alimentos y de ofrecerles a la Madre Tierra— sin sentir vergüenza ni imposición externa. Escobar (2014) sostiene que la vida florece cuando caminamos, sentimos y vivimos con lo que nos rodea, no contra ello.
La convivialidad es encender el fogón entre todos para la misma comida comunal: es cocinar juntos, es compartir, es sembrar sin afectar la tierra. Es sentir que todos que lo nuestro cura, sostiene y alimenta no solo la varriga sino también el espíritu.
¿Cómo se ve esto en nuestra vida diaria?
Cuando preferimos gaseosa coca cola, antes chicha morada o chicha de jora, o agüita de cedrón o de muña hecha en casa, perdemos nuestra esencia, nuestro ser y nos convertimos en lo que otros configuran para nuestras vidas.
Al preferir el tarwi, la quinua o papa nativa, el tuqush, la machka, la cancha estamos siguiendo la sabiduría de nuestros abuelos. Y por ende nos estamos descolonizando.
Instalar en la subjetividad de nuestros hijos que lo nuestro no es pobreza, sino es riqueza, es innovación, en sanación estamos creando otros mundos posibles (Mignolo, 2018 y Walsh, 2018).
Entonces, ¿qué proponemos?
Descolonizar la barriga es volver sentir, a creer en lo nuestro: en nuestra comida. Es hacer que nuestra barriga sienta el territorio, es comer para que nos junto y no nos aleje. Es mantener nuestra vinculo con la Madre Tierra. Descolonizar es memoria, es afecto y dignidad.
La convivialidad es un camino: es compartir, cuidar, cocinar juntos, sembrar desde el cariño.
Si recuperamos la barriga, recuperamos dignidad, memoria y por ende nuestra manera de ser, de convivir, de sentir y descolonizar nuestra mente.
Y cuando convivimos desde lo propio, la comunidad vuelve a respirar más libre.
Referencias
Escobar, A. (2014). Sentir-penser con la Tierra: Nuevas lecturas sobre desarrollo, territorio y diferencia. ICANH.
Illich, I. (1973). Tools for conviviality. Harper & Row.
Mignolo, W., & Walsh, C. (2018). On decoloniality: Concepts, analytics, praxis. Duke University Press.
Quijano, A. (2000). Colonialidad del poder y clasificación social. Journal of World-Systems Research, 6(2), 342–386.



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