Gestión del gobierno distrital a cargo del alcalde Miller Omar Camones Maguiña
LOS NEGRAZOS DE SIPZA
DANZA EMBLEMÁTICA DEL DISTRITO DE LA MERCED PROVINCIA DE AIJA, DEPARTAMENTO DE ÁNCASH
PATRIMONIO CULTURAL DE LA NACIÓN
2022
INDICE:
INTRODUCCIÓN Pág. 3
EL DISTRITO
DE LA MERCED, PROVINCIA DE AIJA Pág. 6
HISTORIA DEL DISTRITO DE LA MERCED Pág. 16
INSERCIÓN DEL CRISTIANISMO EN HUAYLAS Pág. 22
LA VIRGEN DE LAS MERCEDES Pág. 25
LA DANZA DE LOS NEGRITOS EN ÁNCASH Pág. 40
LA FIESTA DE LA VIRGEN DE LAS MERCEDES EN LA MERCED Pág. 46
LA DANZA DE LOS NEGRAZOS DE SIPZA Pág. 67
INTRODUCCIÓN
La
Municipalidad Distrital de La Merced, de la provincia de Aija, departamento de Áncash, preocupada por el bienestar
material y espiritual de su localidad, efectuó
en plena pandemia
un pequeño censo de sus necesidades e intereses primordiales. Es en este contexto surgió como un tema de fondo la
contradicción en ser denominados desde el 2007 como “Distrito
Folklórico” por la variedad de expresiones
que posee La Merced y no tener ninguna de ellas con reconocimiento oficial, como sí han logrado otros pueblos
del departamento de Áncash. En la foto, el escudo distrital ubicado en el
despacho de la alcaldía:
Surge
de esa manera el interés por lograr que la danza más importante de este distrito, la sin par NEGRAZOS DE SIPZA, LA
MERCED, orgullo de esta parte del Perú
profundo, obtenga la certificación de Patrimonio Cultural de la Nación para coronar
de este modo la emblemática danza que ya ha sido reconocida en eventos de nivel
regional y nacional.
Sipza es uno de los siete
caseríos que tiene el distrito
de La Merced y está ubicado a apenas kilómetro y medio de la
población, por lo que es el más influyente. Allí nació el personaje
histórico de mayor valía para el distrito, el célebre Pedro Nolasco
León,
líder campesino que colaboró con Pedro Pablo Atusparia durante la gran Revolución Campesina de 1885 en Áncash.
Precisamente fue este personaje
quien luego de ese alzamiento trajo a Sipza a dos integrantes
la danza Los Negritos de Huánuco, con la esperanza de que enseñen tan magnífico
baile a su baile.
Cuenta
la leyenda que mientras los dos Negritos de Huánuco enseñaban a los jóvenes de la localidad, misteriosamente
aparecieron dos grillos que en singular danza daban espectaculares saltos. Esto bastó para que se incorpore como un paso especial de la danza,
los saltos que hoy en día
le son tan característicos.
Fue así como nació la danza LOS NEGRAZOS
DE SIPZA, LA MERCED, que cada año se presenta en la Octava de la fiesta
patronal de la Merced, a fines del mes de setiembre,
en honor a La Virgen de las Mercedes. Entre Sipza y La Merced, los danzantes
realizan el recorrido en los días de
fiesta con gran despliegue de algarabía y esfuerzo.
LOS
NEGRAZOS DE SIPZA, LA MERCED, es a la fecha la danza que representa no solo al distrito de La Merced,
sino a toda la provincia
de Aija, pues fue la elegida para
representar a la provincia en el INKARRI
de 1973, en donde llegó
a la instancia regional y fue
invitada a la capital de la
República.
Pero
el más grande logro de LOS NEGRAZOS DE SIPZA, LA MERCED, fue su participación en el RAYMI LLACTA de 1987. En aquella oportunidad, para orgullo y aliciente
de nuestra región, la danza representativa del distrito de La Merced llegó a ser
declarada ganadora del Primer
Lugar del evento.
Es por estas razones
que hemos preparado
con mucho esmero el presente
expediente de acuerdo a las normas que establece la Dirección de
Patrimonio Inmaterial del Ministerio
de Cultura, para que LOS NEGRAZOS DE SIPZA, LA
MERCED, la danza de mayor orgullo del pueblo mercedino, sea declarada
como Patrimonio Cultural de la Nación.
EL DISTRITO DE LA MERCED EN LA PROVINCIA DE AIJA, ÁNCASH
La provincia
de Aija
El
departamento de Áncash cuenta con veinte provincias, es el que posee mayor número
de ellas y por lo tanto, también
tiene el mayor de número de distritos, ciento sesentaiséis en total.
La
razón por la cual Áncash tiene tantas provincias es la Cordillera Negra, que es un verdadero capricho de la naturaleza y
junto a la Cordillera Negra forma el Callejón
de Huaylas. Es así como se tienen tres zonas muy diferenciadas en este departamento: a) la zona costa con tres
provincias, b) el Callejón de Huaylas con siete provincias y c) la zona de Conchucos con nueve provincias.
Desde
la independencia, Aija fue un distrito de la provincia de Huaraz, recién en 1936 es
que logra ser considerada como
Provincia.
La provincia
de Aija tiene cinco distritos en la actualidad:
Aija,
creado por la administración de Bolívar en 1825 y reconocido por ley del 2 de enero de 1 857. Por Ley N° 715 del 21 de diciembre de 1907, pasa a ser reconocida la ciudad
de Aija, como su capital. Altitud: 3328 m.
Coris, creado por ley N° 4488, del 10 de febrero de 1922. Capital,
el pueblo de Coris. La ley del 5 de marzo de 1936 le agregó el pueblo de Quisuar. Altura:
2890 m.s.n.m.
Huacllán, creado por ley N° 8188 del 5 de marzo de 1936. El pueblo de Huacllán es la capital del distrito. Altitud: 2
88 m.
La Merced, creado
por ley N° 8188 del 5 de marzo de 1936. Su capital es el pueblo
de La Merced. Altura: 3272 m.
Succha, creado
por ley del 21 de diciembre de 1907. Capital: la Villa de Succha. Altura: 3102 m.
El distrito de La Merced
El distrito
de La Merced de la provincia de Aija, fue creado por Ley N° 8188 del 5 de marzo
de 1936, siendo su capital el pueblo de La Merced. Su fecha de creación coincide con la de la provincia. Aija fue
creada como provincia el 5 de marzo de 1936;
su ley de creación indica que los distritos que la conforman son La Merced, Coris, Malvas, Huacllán, Succha, Huayán, Tapacocha
y Cochapetí. La ley no señala
linderos,
limitándose a decir que comprende las cuencas de los ríos Huarmey y Culebras.
La
Merced como distrito tiene 158 km2 de superficie y se encuentra en la zona quechua,
estando la ciudad
capital a 3,276 m.s.n.m. En la foto, vista panorámica del pueblo de La Merced:
Distancia
a la capital provincial y a
los distritos vecinos:
Aija a 8.17 km, dirección
sur. Coris a 18.33 km, hacia el norte.
Succha a 56.2 km, al oeste.
El distrito de la Merced
tiene 4 Centros
Poblados: Santa Cruz, Mayacuyán, San Ildefonso y Ullucurán.
Los caseríos son: Sipza, Wakna, Dos de Mayo,
Huachón, La Trinidad, Huacna y El Carmen.
Los nombres de los caseríos del Distrito de La Merced tienen un significado muy especial pues se adentran en su pasado histórico, de este modo tenemos:
NOMBRE ACTUAL |
NOMBRE QUECHUA |
SIGNIFICADO |
Sipza |
Shipseq |
Atardecer, por donde se
observa el atardecer. |
El Carmen |
Shupllaq |
Planta nativa
de frutos azules. |
Huacna |
Waqana |
Llorar, lugar
de llanto o donde se llora. |
Huachón |
Wachaq kuta |
Rincón, lugar donde nacen
los animales. |
Dos de Mayo |
Timak o Kimaq |
Tres son sus sitios arqueológicos. |
San Ildefonso de Cachoq |
Qatsuq |
Nombre de una planta que se usa para tejer. |
La Trinidad |
Patsapa |
Posada, lugar de acogida. |
Sus centros poblados
también tienen nombre de origen quechua
que guardan gran significado:
NOMBRE ACTUAL |
NOMBRE QUECHUA |
SIGNIFICADO |
Quinhuan |
Quinua |
Lugar donde
produce la qinua. |
Ullucurán |
Olluco |
Lugar que produce abundante olluco. |
Mallakayán |
Mallakashka |
“Tengo hambre”, pues cuesta
llegar a él. |
Santa Cruz
de Rurek |
Rurek |
Rincón, o la rinconada. |
Orografía
La
Cordillera Negra no tiene nevados, tal como su nombre lo indica, por ello son muy escasas las lagunas que se forman en sus
alturas.
Tres ríos enmarcan el espacio geográfico de La Merced, el Qarhuaz, el río Ashcu y el Paclla o río Pescado, llamado así
porque es el único que ofrece este exquisito
alimento a la población. A inicios del siglo pasado, se plantaron
alevinos de trucha en sus alturas y desde entonces
no ha dejado de alimentar
a la población mercedina.
En la foto, el río Pescado,
ubicado al oeste de
La Merced:
Dos
de ellos, el río Pescado y el río Ashcu pasan junto al pueblo de La Merced. Ambos están muy bien cuidados
por los mercedinos, que en eso destacan y por ese motivo se sienten altivos
frente a los aijinos que han dejado
contaminar la cabecera
de cuenca del río Santiago.
El
Pescado y el Ashcu se juntan al dejar el poblado y más adelante el río toma el nombre
de Monserrat, con el
que llega a Huarmey. En la foto, el río Ashcu:
Agricultura
Es la actividad económica más importante de la Merced. La cuenca del
río Paclla es exuberante en pequeñas
lagunas que al bajar de sus aguas riegan los campos de cultivo de La Merced
y sus caseríos.
Las
principales lagunas de La Merced se conocen como Tuktu, Chaqra, Llutay, Mullaca
y Makshay.
El
clima es frígido y por la temporada de lluvias el año agrícola se divide en
tiempo de secano que va de mayo a setiembre y el tiempo lluvioso entre octubre y abril.
Los principales productos que se cultivan en La Merced y sus caseríos son la papa, el olluco y
la oca, entre los tubérculos.
Los
cereales que produce La Merced son el trigo, el centeno, la cebada y el maíz. Las legumbres que se siembran
en la zona son habas,
arvejas y tarwi.
Mayormente es para consumo
local.
La
minería
En La Merced, también
se desarrolla la minería. Y es la famosa mina de Huinac que produce mineral de plomo, plata y zinc.
Huinac se halla al noreste del distrito, en la
zona de Monte Cristo,
junto a la laguna Makshay.
El caserío de Sipza
Sipza,
es el caserío más cercano al pueblo de La Merced. Se ubica al sur oeste de la población y dista poco más de
kilómetro y medio de ella. En la actualidad una ancha carretera afirmada une a Sipza con La Merced. En la foto,
el actual ingreso al caserío:
Tradicionalmente,
el caserío de Sipza estaba conformado por tres barrios, los mismos que se mantienen hasta en presente.
La trilogía de sus barrios hace que entre ellos surja una sana emulación de la que se aprovechan todos sus habitantes.
El
bario más antiguo es el de Kantu-kuta, ubicado en la parte más alta del
caserío, que es el histórico barrio
donde nació el personaje más importante de La Merced, el cacique Pedo Nolasco León, creador de la danza Los Negrazos
de Sipza. El origen del nombre se
debe a la abundancia de flores de cantuta en el lugar. En la foto, vivienda
de este popular barrio:
El
barrio central de Sipza se llama Ocopampa, cuyo nombre hace mención a que en el lugar resume el agua subterránea y
por ello sus terrenos antiguamente eran muy fangosos.
En la foto, terrenos de ese barrio:
El tercer
barrio de Sipza se conoce
con el nombre de Yerba Buena, y se ubica
en la zona más baja, con abundantes sembríos de productos
de pan llevar. Sus pobladores son muy buenos agricultores. En
la foto, tierras del caserío de Yerba Buena:
El templo de San Antonio de Padua, domina la plaza de Sipza y su guardián es Oscar Villacorta, quien considera su cargo, de gran valor. En la foto, está abriendo el ingreso al templo, en compañía de su pequeño hijo:
San Antonio de Padua es el patrón espiritual de Sipza. Se
le considera muy milagroso y los danzantes de Los Negrazos
bailan ante él antes de iniciar su periplo del mes
de setiembre. En la foto, su altar mayor
y la imagen del santo:
HISTORIA DEL DISTRITO DE LA MERCED
El nombre de
La Merced
La memoria histórica de la Merced se remonta a los tiempos aurorales de
nuestra cultura andina, cuando los
primeros habitantes de la Cordillera Negra dejaron huellas de su
presencia en las cuevas o machayes
de las alturas.
Allí
pintaron con especial maestría sus vivencias y representaron su cosmovisión con indelebles
colores que aún el tiempo
respeta.
En
la Casa de las Lechuzas, o “Cheqha Waín”, ubicada en las alturas del caserío de Huacna, se representan pinturas de caza
en las paredes altas de la gruta. El detalle
es muy ejemplificador, pues se notan pastores y siluetas de animales y corrales.
Los trazos son simples y esquemáticos, como se ve
en la foto:
En Gallupatsa, sobre San Pedro de Rurek,
también se encuentran estas evidencias del pasado prehispánico en la zona de La
Merced. El lugar es sencillamente impresionante como se
aprecia en esta fotografía:
En tiempos prehispánicos, el lugar tenía el nombre de Kashapampa, pues allí existía
abundantes espinas (kasha, en quechua significa espina). Y probablemente
era el anexo más cercano a Aixa Burr, que luego sería conocido como Aija.
La
Merced cuenta con innumerables sitios arqueológicos entre los que destaca Marcacunca (en la foto) y es el sitio
arqueológico que se halla en las alturas de Sipza, junto
a Huacna y a Ullucurán, los más importantes en el distrito.
Los
yacimientos arqueológicos de Arway, Mayakayán, Rurek, Marcacoto, Killayoq, Shuntur, Marcacunca y Shimin Qotu, son
los que más se conocen, pues esos lugares
han sido asiento de los antiguos ayllus de la zona: Shipsheq, Timaq, Ullukuran y Rurek.
De aquellos
tiempos aurorales tenemos
valiosos recuerdos tanto
en cerámica como en
arquitectura. La cerámica es de forma globular, de boca ancha sin asa con decoración incisa, como se aprecia
en estos dibujos:
En tanto que la arquitectura monumental en Aija fue propia de la época Recuay. En su libro Iconografía Prehispánica del es tilo Recuay, Steven
Wegner nos dice:
“Entre sus construcciones más
grandes y destacadas se encuentran varias plataformas piramidales truncas como Cotupunta cerca de La Merced, Aija y
cerros fortificados con ciudadelas como Marca Cunca en La Merced”.
Estos
lugares hablan de un esplendor de la llamada Cultura Recuay en la zona de Aija, especialmente en el distrito
de La Merced. En la plaza de armas de La Merced
existen cuatro ejemplares de monolitos Recuay/Aija, que representan a cuatro guerreros con sus respectivos atuendos
de combate.
En
el templo de La Merced, el atrio o ingreso se ve ornado por dos magníficos dinteles Recuay, hallados en las alturas
del pueblo, en los sitios arqueológicos de Marca Cunca y
Cotupunta.
Estos
dinteles, muy característicos de la época de mayor esplendor de la cultura Recuay (400 – 600 d.C.) tienen
representaciones míticas del llamado “Dios de la diadema”, deidad que es representada por una espectacular diadema en la cabeza y rodeado de dos animales
sagrados, pumas que se ubican a sus costados en señal de veneración,
como se aprecia en las fotografías:
En
la ciudad de Aija, capital de la provincia, en la casa del sabio Santiago
Antúnez de Mayolo, se conservan doce
hermosas esculturas en piedra con representación de guerreros en cuclillas, con su escudo al costado, porra al
hombro y una cabeza trofeo a la
espalda. El mismo sabio señalaba que dichos monolitos los recogió de La Merced.
(foto de Miky)
Erigiéndose
como custodia de la cultura en la provincia, La Merced posee un mini museo donde conserva lo mejor de la
cerámica los antiguos habitantes de la zona.
Los arqueólogos son muy precisos en señalar que en La Merced, Aija, se
dio el mayor desarrollo de la llamada cultura Recuay en todo el Callejón de Huaylas.
(foto)
Con la llegada de los españoles en el siglo XVII, ellos impusieron su
economía y para la zona diseñaron
el establecimiento de centros de producción agrícola
que
fueron los gérmenes de las futuras
haciendas. A esos pequeños centros
de producción agropecuaria se les llamaba “ingenios”.
En
la zona de Aija, el ingenio se instaló en Cashapampa y fue bastante exitoso por lo se fue olvidando el antiguo nombre y
ya desde el siglo XVII era conocido con el nombre de “El
Ingenio”.
Como el nombre era común y no relevaba
alguna característica o peculiaridad de la zona, los misioneros españoles que
llegaban por temporadas a la zona, llevaron una imagen de la Virgen de Las Mercedes
para entronizarla en el templo
del lugar.
Ya
con la imagen como patrona del pueblo, se decidió solicitar a la autoridad española
que al antiguo pueblo de El Ingenio,
se le denomine La Merced,
en honor a la
Santísima Virgen de Las Mercedes.
LA
INSERCIÓN DEL CRISTIANISMO EN HUAYLAS
INSERCIÓN DEL CRISTIANISMO EN HUAYLAS
Junto
a los primeros conquistadores, en 1932 llegó el padre Valverde, quien le tendió la celada a Atahualpa, tras él
llegaron muchos frailes y clérigos más. Si bien los unos querían
tomar para sí las riquezas
de Indias, los otros deseaban
fervorosamente conquistar el reino espiritual de las almas para Cristo,
cosa que a regañadientes aceptaban
los encomenderos en el entendido que la evangelización ayudaría a mantener sumisos a los indios.
Ya
en 1542, el Gobernador Cristóbal Vaca de Castro escribía al Rey Carlos V que había tornado cristianos al cacique de Huaylas y a sus hijos y parientes, y que había comenzado
a hacer en dicha provincia un monasterio para los servicios religiosos. Encargado
de su edificación quedó el dominico Fray Domingo de Santo Tomás (en la foto), quien en 1545 fue reemplazado por el padre
Fr. Pedro Cano. De allí partirían las primeras misiones
hacia la actual zona de Aija.
En
1552 se realizó el primer concilio eclesiástico donde se delinearon conceptos básicos como el de buscar apoyarse en las
creencias indígenas previas y adaptar el
mensaje cristiano a los conceptos indios. El problema fue que se propició que
la apropiación, por parte de los
indios, de lo aprendido en la evangelización inicial, se convirtió en idolátrico. Este concilio definió a los indios
“como gente de poco entendimiento, que solo podían comprender las cosas si les enseñaba
lentamente”.
En Huaylas-Áncash, entre las primeras
órdenes religiosas que se asentaron
estaban los dominicos. En Yungay ya existía desde 1550 una casa de
misiones o residencia de los padres
dominicos. En 1579 se hizo priorato. A este convento y a sus celosos misioneros se debe la evangelización de todo el Callejón de Huaylas, a lo
largo del cual fundaron las doctrinas de Carhuaz, Yungay, Caraz, Mato, Hatun Huaylas,
Macate y Moro.
Fray
Domingo de Santo Tomás junto a Fray Pedro Cano, luego de predicar en el repartimiento de Huaylas fueron los
primeros evangelizadores de la zona. El padre
Cano (en la pintura) destacó como “gran perseguidor de ídolos e
idolatrías, terror y espanto de los
idólatras”.
El
primer arzobispo de Lima, el dominico Jerónimo de Loayza, nombró después al padre Cano “visitador contra las
idolatrías en Huaylas y Conchucos”. Haciendo
honor al cargo, recorrió de norte a sur la región “fundando nuevas doctrinas y quemó infinitos ídolos, sin temor a aquellos
bárbaros” según documentos de la época.
Los
naturales se encontraban ante una disyuntiva. Aniquilado el gobierno inca, “muertos los dioses”, no les iba a ser fácil aceptar
un nuevo credo venido de la mano de
quienes con la espada les habían reducido a una abusiva esclavitud. Lo que surgió en ellos en primer lugar fue una
indolencia, sino un total abandono, para luego
resignarse y asumir en el cristianismo la veneración oculta a sus antiguas deidades.
Pronto se darían cuenta los evangelizadores exultantes
de felicidad por
haber
hecho fructificar una gran cristiandad en estos pueblos, que no todo era tan ideal como lo creían.
Si
en los primeros veinte años de la presencia española, tuvieron la primacía los encomenderos; en las décadas del 50 al 70
de ese siglo, el XVI, en el ámbito local, se enseñorearon los curas y caciques. Luego vendría la hegemonía de los corregidores, ante la drástica reducción
del poder de los caciques dictada por el Virrey Toledo (en
la pintura).
En el caso de los Mercedarios, como era la orden religiosa con menor
número de religiosos en Lima, más que
pretender establecer conventos en el interior del virreinato, ellos apoyaban en la labor evangelizadora en sus dos
provincias, la de Lima y la del
Cusco. El interés de los frailes mercedarios era extender el culto a la Virgen
de las Mercedes en los pueblos
que ayudaban a evangelizar.
De
este modo es cómo los Mercedarios llegan al Corregimiento de Huaylas y al evangelizar el Callejón de Huaylas, logran
instaurar el culto a la Virgen de las Mercedes
en Carhuaz y en Aija, en las Vertientes, en el pequeño
poblado de Ingenio
en el que convencieron a sus autoridades indígenas, que adopten el
nombre de la milagrosa Virgen de La Merced.
LA VIRGEN
DE LAS MERCEDES
Historia
“Santa
María de las Mercedes es la generala de los ejércitos celestiales, la Mujer Vestida de Sol, la Reina de la Paz,
Mediadora de todas las Gracias, es la Dulce Madre
que libera, consuela, y protege, a los enfermos, a los afligidos y a todos aquellos
que sufren cualquier
tipo de prisión, como por ejemplo: el Error, el Pecado, el Vicio y, por supuesto, a quienes están,
literalmente, privados de su libertad...”1
Es
la advocación de la Santísima Virgen que, desde 1218, libera, consuela, y protege,
a todos los que están presos, a todos los cautivos en el más amplio sentido
de la palabra. La Virgen
de la Merced o Nuestra Señora de las Mercedes (o, de
la Merced) es una de las advocaciones marianas de la Bienaventurada Virgen María.
Se la llama también Generala de los Ejércitos
Celestiales, la Mujer Vestida de Sol y la Reina de la Paz. Es la advocación de la Santísima Virgen que, desde 1218, libera,
consuela, y protege, a todos los que están presos, a todos los cautivos
en el más amplio sentido de la
palabra, por eso se la representa con un cepo en la mano izquierda (en la pintura).
Esta
advocación mariana nace en España y se difunde por el resto del mundo. En su conmemoración se ha establecido la
fiesta de la Merced o de las Mercedes, el día 24 de septiembre.
1 https://rescatayborralo.blogspot.com/2011/06/la-virgen-de-la-merced-o-nuestra-senora.html
En
los últimos siglos de la Edad Media, los árabes tenían en su poder al sur y el levante español y sus vidas en vilo. Los
turcos y sarracenos habían infestado el Mediterráneo, y atacaban a los barcos que desembarcaban en las costas
llevándose cautivos a muchos
cristianos.
“Un
alma caritativa, suscitada por Dios, a favor de los cautivos, fue San Pedro Nolasco, de Barcelona, llamado el Cónsul
de la Libertad. Se preguntaba cómo poner remedio a tan triste situación y le rogaba
insistentemente a la Virgen María le ilumine
en esta disyuntiva”2. En la pintura, rescatando a unos
cautivos:
Pronto empezó a actuar en la compra y rescate de cautivos, vendiendo
cuanto tenía. La noche del 1 de agosto de 1218,
mientras Pedro Nolasco estaba en oración, se
le apareció la Virgen María, dándose a conocer como La
Merced.
La
Virgen le animó en sus intentos y le transmitió el mandato de fundar la Orden Religiosa de la Merced para redención de
cautivos. Pocos días después, Nolasco cumplía el mandato.
La
Orden de los Mercedarios, se funda bajo los tres votos clásicos de pobreza, obediencia y castidad. Los Mercedarios se comprometían con un cuarto
voto: liberar a los prisioneros que luchando por su fe
cayeron en poder de los sarracenos, quedando como rehenes, si fuera necesario3.
2 https://aci.prensa.com/recursos/santa-maria-de-la-merced-1152
3 https://www.parroquiasanxoan.es/index.php/santoral-mercedario/ntra-sra-de-la-merced
El título
mariano de Virgen
de la Merced o Virgen
de las Mercedes, se remonta
a la fundación de la Orden religiosa de los mercedarios el 10 de
agosto de 1218, en Barcelona, España.
La palabra merced
quiere decir: misericordia, ayuda, caridad.
En ese tiempo, la península Ibérica estaba dominada por los musulmanes,
y los piratas sarracenos asolaban las costas del Mediterráneo, haciendo
miles de cautivos
a quienes llevaban al norte de África.
Muchos
miembros de la orden canjearon sus vidas por la de presos y esclavos. Pedro Nolasco impulsó
la creación de la Celeste,
Real y Militar Orden de la Merced,
que fue fundada en la Catedral de Barcelona con el apoyo del rey Jaime I
el Conquistador y el
consejo de san Raimundo
de Peñafort.
San
Pedro Nolasco y sus frailes muy devotos de la Virgen María, la tomaron como patrona y guía. Su espiritualidad es
fundamentada en Jesús el liberador de la humanidad y en la Santísima Virgen,
la Madre liberadora e ideal de la persona
libre. Los mercedarios
querían ser caballeros de la Virgen María al servicio de su obra redentora. Por eso la honran como Madre de la Merced o
Virgen Redentora.
Historia del culto4
Fundada en 1218, se tienen testimonios de este nombre desde mediados del siglo
XIII.
Esta Orden de la Merced, aprobada en 1235 como orden militar por el Papa Gregorio
IX, logró liberar
a miles de cristianos prisioneros, convirtiéndose posteriormente
en una dedicada a las misiones, la enseñanza y a las labores en el campo
social.
En el año 1265 aparecieron las primeras monjas
de la Merced, iniciadas por la santa
María de Cervellón. En las primeras Constituciones de la Orden,
en 1272, la Orden recibe ya el título de "Orden de la
Virgen de la Merced de la Redención de los cristianos
cautivos de Santa Eulalia de Barcelona".
4 https://rescatayborralo.blogspot.com/2011/06/la-virgen-de-la-merced-o-nuestra-senora.html
En
el capítulo general de 1272, tras la muerte del fundador, los frailes
oficialmente toman el nombre de La Orden de Santa María de la Merced,
de la redención de los cautivos,
pero son más conocidos como mercedarios. El Padre Antonio Quexal, siendo general de la Merced en 1406, dice:
"María es fundamento y cabeza de nuestra orden"5.
Esta comunidad religiosa se ha dedicado por siglos a ayudar a los
prisioneros y ha tenido mártires
y santos. Sus religiosos rescataron muchísimos cautivos que estaban presos
en manos de los feroces
sarracenos.
Recordemos
que a quienes ayudan a los presos les dirá Cristo en el día del Juicio: "Estuve preso y me ayudaste. Todo el
bien que le hiciste a los demás, aunque sea
a los más humildes, a Mí me lo hiciste"(Mat. 25, 40). Los frailes mercedarios tomaron su hábito
de las vestiduras que
llevaba la Virgen en la aparición al fundador.
La imagen de la Virgen de la Merced viste totalmente de blanco; sobre
su larga túnica lleva un escapulario
en el que está impreso, a la altura del pecho, el escudo de la orden. En unas imágenes se la representa de pie y en
otras, sentada; unas veces se muestra
con el Niño en los brazos y otras los tiene extendidos mostrando un cetro real en la mano derecha y en la
otra unas cadenas abiertas, símbolo de liberación.
Nuestra Señora de la Merced - España
Barcelona se gloría de haber sido escogida por Nuestra Señora
de la Merced como lugar de su aparición y la tiene por
celestial patrona. ''¡Princesa de Barcelona,
protegiu nostra ciutat!"6
Virgen de las Mercedes se incluye dentro del gran número de apariciones marianas
que se prodigaron en la Baja Edad Media, en el periodo inmediatamente
posterior a la Reconquista. Sobre las mismas se han tejido hermosas
leyendas.
Cuenta la hermosa leyenda realizada sobre la aparición de la Virgen, de
la que J. Alonso Morgado hizo quizás la más bella
interpretación, que:
“...
un pastor que apacentaba sus ganados, en las inmediaciones del sitio donde hoy se halla levantada la Ermita o
Santuario de la Señora, observó que
las ovejas acudían a agruparse alrededor de un espeso zarzal, y le costaba siempre trabajo apartarlas de
allí. Aproximándose un día a el sitio, vio
con sorpresa y admiración, una preciosa Imagen confundida en el centro de las espinosas ramas, sin tocarle,
quedándose atónito y dudando de la visión.
Mas internándose a costa de afanes entre las zarzas,
logró cerciorarse de la realidad, y halló a la Señora sobre
un trozo de columna de mármol blanco...Tan
prodigioso acontecimiento llenó de conmoción a los hijos de Bollullos, y acudieron presurosos a presenciar la maravilla de la aparición
de la Sagrada Imagen
conservada intacta y milagrosamente entre las zarzas, como el lirio de los valles entre las espinas, sin que los
rigores del tiempo ni las inclemencia
de las estaciones, hubiesen causado en ella la más leve imperfección. Todos dan gracias a Dios por aquella señalada
merced que les dispensa,
con la posesión de aquel rico tesoro y estimable reliquia de la antigüedad cristiana; y llegan a
persuadirse de que dejándose ver allí tan peregrina Efigie
de la Madre de Dios había significado la Santísima Virgen
su voluntad, de permanecer en el mismo sitio parar recibir los homenajes de la
devoción de aquel pueblo, ya suyo por elección y se proyecta
desde luego de erigirle
un Santuario, para su culto y veneración...”7
Sobre la fecha de aparición se ha escrito que se produjo a mediados del
S. XIV cuando Bollullos junto con
todo el Condado de Niebla pasó como dote de Dña. Beatriz de Castilla al casar ésta con Don Juan Alonso de Guzmán.
El primer documento, existente hasta
la fecha, en el que se nombra a Nuestra Señora, corresponde al testamento hecho en Bollullos en 1396 en el que el primer
Conde de Niebla,
Don Juan Alonso Pérez de Guzmán.
Iconografía
La imagen de la Madre de Dios de la Merced, en la basílica de
Barcelona, es una obra gótica
de Pere Moragues, fechada
de 1361, que se
ve en la foto:
La iconografía usada para representar a esta Virgen de la Merced, es
aquella cuya vestimenta es su manto
(a partir del siglo XVI, con el hábito de la orden de la Merced), mientras ora o cobija bajo él a un grupo de presos
cautivos, pero también a santos,
o personas de todas las clases sociales. Otros elementos recurrentes son
las
cadenas y el grillete, símbolos también del cautiverio, además del escapulario de la Orden Mercedaria8.
En el museo de Valencia hay un cuadro de Vicente López en el que varias
figuras vuelven su rostro hacia la
Virgen de la Merced, como implorándole, mientras la Virgen abre sus brazos y extiende su manto, cubriéndolos a todos
con amor, reflejando así su título de
Santa María de la Merced, como se ve en la foto:
Se
extiende el culto
De este modo, a través de los miembros
de la Nueva Orden, la Virgen María, Madre y Corredentora, Medianera de todas las
gracias, aliviaría a sus hijos cautivos y a todos
los que suspiraban a ella, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. A todos daría
la merced de su favor.
La Virgen María tendrá desde ahora la advocación de la Merced,
o más bello todavía en plural: Nuestra Señora de las
Mercedes, indicando así la abundancia incontable de sus gracias.
Nuestra
Señora de las Mercedes concedería a sus hijos la merced de la liberación. Alfonso X el Sabio decía que "sacar
a los hombres de cautivo es cosa que place mucho a Dios,
porque es obra de la Merced"9.
Bajo la protección de Nuestra Señora de la Merced, los frailes mercedarios realizaron una labor ingente. Como ingentes fueron los
sufrimientos de San Pedro Nolasco,
San Ramón Nonato y San Pedro Armengol. Y no faltaron mártires como San Serapio,
San Pedro Pascual y otros muchos.
El
culto a Nuestra Señora de la Merced se extendió muy pronto por Cataluña y por toda España, por Francia y por Italia,
a partir del siglo XIII. El año 1265 aparecieron las primeras monjas mercedarias.
Los mercedarios en América
Desde
el año 1259 los Padres Mercedarios empezaron a difundir la devoción a Nuestra
Señora de la Merced (o de las Mercedes) la cual está muy extendida
por el mundo. Los seguidores de la Orden de la Merced estuvieron entre
los primeros misioneros de América.
Los mercedarios llegan al continente americano y pronto
la devoción a la Virgen de la Merced se propaga ampliamente. En
República Dominicana, Perú, Argentina y muchos otros países, la Virgen de la Merced
es muy conocida y amada.
En
la Española o República Dominicana, por ejemplo, misionó siendo joven Fray Gabriel Téllez más conocido en su edad
adulta como Tirso de Molina, famoso hombre de letras del siglo de oro de la literatura hispana10.
Nuestra Señora de la Merced - Patrona
de Perú
La devoción
a Nuestra Señora
de las Mercedes en el Perú se remonta a los tiempos
de la fundación de Lima. Consta que los Padres Mercedarios, que llegaron al Perú
9 https://www.aciprensa.com/recursos/santa-maria-de-la-merced-1152
junto
con los conquistadores, habían edificado ya su primitiva iglesia conventual hacia 1535, templo que sirvió como la primera parroquia
de Lima hasta la construcción de la Iglesia Mayor en 154011.
Los
Mercedarios no fueron tan numerosos como los franciscanos, dominicos o jesuitas pero los frailes de la Orden de
La Merced también contribuyeron con la evangelización
de los indios. En 1534 los tenemos en el Cuzco y acompañaron a Diego de Almagro a su fracasada expedición
a Chile. Como no era una orden “mendicante”,
pudo disponer de bienes inmuebles; así se hicieron de tierras y estancias.
Uno
de sus más tenaces misioneros fue fray Diego de Porres, antiguo soldado convertido en evangelizador. Abrazó el
sacerdocio en 1538 y trabajó en doctrinas de
la sierra sur y de la actual Bolivia (llegó hasta Santa Cruz de la Sierra).
Este misionero creó un interesante método que consistía en la enseñanza del catecismo usando
los quipus, que suponía la colaboración cercana
de los curacas y los indios cultivados. Esta modalidad de enseñanza
fue sugerida en su Instrucción para sacerdotes
doctrineros y fue extendida por los frailes mercedarios para propagar el catolicismo entre los indios12.
Otro
mercedario destacado fue Martín de Murúa quien, por su afán evangelizador, se concentró en el estudio de la historia
incaica. De origen vasco, Murúa aprendió el
quechua y el aymara; asimismo, caminó por gran parte del Virreinato. De esta manera,
dejó, en 1616, una crónica
manuscrita en la que describía la vida cotidiana y los lazos de parentesco de la elite cuzqueña. Su texto, de
gran valor para los historiadores, recibió
el título de Origen y
descendencia de los incas13.
Los
Mercedarios aseguran ser los frailes más antiguos de Lima, pues hay una tradición que cuenta que estuvieron en el
valle del Rímac en 1533, antes de la fundación
de la ciudad. Dicha leyenda dice que tuvieron una ermita en el lugar donde hoy está la portería de su convento. Cierta
o no la tradición, lo que sí sabemos
11 https://es.wikipedia.org/wiki/Virgen_de_la_merced/#Per%C3%BA
12 http://blog.pucp.edu.pe/blog/juanluiorrego/2011/10/notas-sobre-los-mercedarios-en-lima/
13 https://es.inticuna.com/blog/ordenes-religiosa-en-el-virreynato-del-peru-y-cusco
es
que estuvieron desde la fundación de Lima y que Pizarro les dio cuatro solares para fundar su convento. También se dice
que el primero en hacer una misa en Lima
fue un mercedario, fray Miguel de Orenes, fundador y primer comendador del Convento de Mercedarios de Lima, que
estuvo bajo la advocación de San Miguel Arcángel.
Su
carácter misionero hizo que la orden mercedaria llegara a las altas cumbres cordilleranas en búsqueda de nativos americanos para evangelizar. Fueron mercedarios
Fray Martín de Murúa, cronista que se dedicó a la recopilación de la historia del Tahuantinsuyo y autor de la
crónica "Origen y Descendencia de los Incas" y Fray Diego de Porres,
misionero dedicado a la enseñanza
de la fe católica, apoyándose en instrumentos nativos como
el quipu. Explotó bienes inmuebles incursionando en las haciendas
y otro tipo de negocios
(repartimientos, encomiendas). Logró controlar la Santa Inquisición desde mediados del siglo XVIII.
El convento
de San Miguel era en la colonia
el más representativo de los Mercedarios
en la capital. La iglesia se construyó toda en el siglo XVI. La obra se inició
en 1542; tuvo una nave,
cubierta de madera,
y capillas laterales
comunicadas entre sí. El altar
fue financiado por doña María Escobar, a fin de que fuera
enterrada allí, según un
contrato de 1542. El 1598, se le adosó una torre, contratada por el Comendador fray Diego de Angulo con Alonso
de Morales, uno de los principales alarifes de la ciudad por aquellos años.
Del convento tenemos pocas referencias del XVI y principios del XVII. La fuente más autorizada
es la del padre jesuita Bernabé Cobo, quien describió la Lima de ese tiempo: “en el convento no han acabado
todavía el edificio, si bien de treinta añosa
esta parte han labrado el claustro principal, que es uno de los más
capaces y bien edificados de la
Ciudad, con fuente de piedra en medio y cercadote, corredores doblados,
con los pilares
altos de linda
piedra traída de Panamá”. No hay más datos de la iglesia
ni el claustro del siglo XVI y no podemos
afirmar si lo que dice Cobo es absolutamente
cierto pues todo se reedificó en el siglo XVII.
Los mercedarios inauguraron su iglesia
en 1630, y fue obra de Pedro Galeano. Los frailes,
con los años, siguieron embelleciendo su templo hasta
que llegó el terremoto
de 1687 que lo destruyó todo. Bajo las ruinas, lo mercedarios celebraron el culto en una
capilla y se cobijaron en celdas de madera y caña. Para la reconstrucción llamaron a tres alarifes comisionados por
el Cabildo, Diego Maroto; Manuel de Escobar y Pedro de Asensio. Ellos
fueron los responsables de que surgiera,
tras los escombros una de las más importantes
expresiones del barroco hispano en la Ciudad de los
Reyes.
Se
respetó la planta original y se levantó la nueva iglesia con adobe y madera con excepción
de la fachada principal, toda de ladrillo
y piedra, que hoy todavía
podemos apreciar. La portada-retablo que labrada entre
1697 y 1704 y es una clara
evolución del estilo que se inició
con la portada de San Francisco; además,
inauguró en Lima, en las
fachadas, el uso de las columnas salomónicas. Según Jorge Bernales Ballesteros: “Tres calles dividen
los dos cuerpos de la portada dispuesta en dos planos distintos por
columnas salomónicas pareadas.
Según
el arquitecto Juan Günther, “antes de la proclamación de la Independencia el infatigable introductor en Lima del
neoclasicismo, el presbítero Matías Maestro,
reconstruye totalmente el altar mayor que en 1810 será dorado por el
pintor Félix Batlle. En 1807 el
escultor José Vato labra una estatua de San Bernardo. En 1810 el platero José Palomino hace seis
candeleros grandes de plata y el 30 de agosto
de 1814 el dorador Andrés Bartolomé de Mendoza dora, graba y encarna las imágenes
de la Virgen y San
Juan del retablo de Jesús
Nazareno.
En 1860 el arquitecto Guillermo D’Coudry hace una refacción
integral del templo
de La Merced especialmente en lo tocante
a la torre, las cúpulas y bóvedas entre el
altar
mayor y el coro. Pero a fines del siglo pasado la fachada de la iglesia de La Merced,
incluyendo su magnífica portada, va a ser cubierta
con una gruesa capa de yeso
para darle un aspecto de arquitectura afrancesada que el templo jamás tuvo. Este maquillaje fue levantado
afortunadamente en 1940 por el arquitecto Emilio Harth-Terré‚ para restituirle el aspecto original
que le dio el notable
alarife mercedario Cristóbal Caballero trecientos años antes”.
Uno
de los Mercadarios más queridos en el Perú es el famoso fray Pedro Urraca, conocido como “el padre Urraca”. Nació en
España, en Sigüenza, en 1583, estudió con
los jesuitas pero se incorporó a la orden mercedaria y llegó a Lima, donde se hizo sacerdote. Sus hagiógrafos cuentan
que sufría constantes tentaciones del demonio que lograba vencer
con rezos y cilicios. Por ejemplo, se ataba fuertemente una cadena a la cintura;
estaba tan ceñida
a su cuerpo que la piel empezó
a crecer sobre
ella.
En
cierta ocasión –prosiguen sus hagiógrafos- el diablo, furiosos por los rezos de Urraca, lo persiguió por el claustro para
golpearlo pero, milagrosamente, se abrió una
pared para que se refugiara en la iglesia contigua. Dicen que tenía también el “don” de la profecía y que era un
constante divulgador del culto de la Santísima
Trinidad14.
La
cruz con la que predicaba es hoy objeto de veneración pública. Murió en 1657. Revisando
los libros de Luigi Aquatias
(Vida del P. Fr. Pedro Urraca. Roma, 1976)
14 http://blog.pucp.edu.pe/blog/juanluiorrego/2011/10/notas-sobre-los-mercedarios-en-lima/
y
de Rafael Sánchez-Concha (Santos y santidad en el Perú virreinal. Lima, 2003), no aparece nada sobre la supuesta
aparición del diablo y la apertura de la pared. Ojo que el primer libro es un texto que intenta documentar la
“santidad” de Urraca. Al parecer, se trata de una leyenda popular.
Solo en el librito
Vida del V. P. Fr. Pedro Urraca
de la Santísima Trinidad. Religioso de la Orden de la Merced, escrito por un religioso de la misma
orden (Lima, s/f), es decir un texto
casi anónimo, se lee en la página 36 lo siguiente: “Muchas veces robaba algunos ratos de su corto sueño
para salir al claustro a orar o hacer alguna
peniencia extraordinaria. Se cuenta que en una de esas ocasiones, después
de orar al pie de la cruz, cargó con ella y,
perseguido por el demonio, se abrió la pared de una manera milagrosa y el P. Urraca pasó tranquilamente por la hendidura
cargando la cruz”.
En la foto, la milagrosa imagen de la Cruz del padre Urraca:
Popularidad de la Virgen
de las Mercedes
En
1730, la virgen de La Merced es declarada “Patrona de los Campos de Lima” y se organiza por primera vez su procesión.
Luego, el 24 de setiembre 1823, es declarada
“Patrona de los Campos de Lima y sus alrededores y de los Ejércitos de la República del Perú”, en una ceremonia
presidida por el presidente de entonces, José Bernardo
Torre Tagle, “en reconocimiento a la especial
protección del Ser
Supremo por mediación de la Santísima
Virgen de las Mercedes en los acontecimientos felices para las armas
de la Patria”15.
Por
ello, como Patrona de las Armas del Perú, bajo su “advocación”, se ganó la batalla de Ayacucho en 1824. Desde ese año,
tendrá la categoría de Castrense y reconocimiento
del nuevo Ejército de la Patria. El 23 de septiembre de 1969, el presidente Juan Velasco Alvarado
oficializó el título honorífico de Gran Mariscala del Perú y Patrona de las Fuerzas Armadas. Hoy vemos, en el
altar de la Basílica de Lima, donde
se ubica la imagen de la Virgen, las insignias de las instituciones militares
y su bastón de Mariscala. En la foto, en todo su esplendor:
El Colegio San Pedro Nolasco,
fue fundado en 1646 por los mercedarios. Los frailes consiguieron la licencia para fundar un Colegio de Estudios y, en 1658, lo construyeron con una pequeña iglesia bajo
la advocación de San Pedro Nolasco. La iglesia,
lamentablemente ha sido mutilada y quedó muy deslucida, en comparación
a las descripciones que tenemos de ella. Fue autorizada para ser usada por los mercedarios por Real Decreto
de 1665 y por Real Cédula del mismo año.
Los Mercedarios no sólo evangelizaron la región, sino que fueron
gestores del desarrollo de la ciudad
al edificar los hermosos templos
que hoy se conservan como valioso patrimonio histórico, cultural y religioso de la ciudad
de Lima.
15 http://blog.pucp.edu.pe/blog/juanluiorrego/2011/10/notas-sobre-los-mercedarios-en-lima/
Esta
es la apariencia de la hermosa imagen que se venera en la Basílica de la Merced, en la capital limeña, que fue
entronizada a comienzos del siglo XVII y que
ha sido considerada como patrona
de la capital.
Fue proclamada en 1730 "Patrona de los Campos
del Perú"; "Patrona de las Armas
de la República" en 1823; y al cumplirse el primer centenario de la
independencia de la nación, la imagen
fue solemnemente coronada y recibió el título de "Gran Mariscala del Perú" el día 24 de septiembre de 1921, solemnidad de Nuestra Señora
de la Merced, desde entonces declarada fiesta nacional, ocasión en que
cada año el ejército le rinde
honores a su alta jerarquía militar de "Mariscala". La imagen porta
numerosas condecoraciones otorgadas por la república
de Perú y sus gobernantes e instituciones nacionales. En 1970 el cabildo de Lima le
otorgó las "Llaves de la ciudad"
y en 1971 el presidente de la República le impuso la Gran Cruz Peruana al Mérito Naval, gestos que demuestran el
cariño y la devoción del Perú a esta advocación
considerada por muchos como su Patrona Nacional16.
16 https://www.aci.prensa.com/santos/merced4.htm
LA
DANZA DE LOS NEGRITOS EN ÁNCASH
La danza de los Negritos hoy en día es muy popular en el departamento de Áncash. Se ha extendido en una amplia área que
comprende casi toda la zona sur del departamento,
abarcando las provincias de Huarmey, Aija, Recuay, Huari, Ocros y Bolognesi.
En
Huarmey, los distritos de Malvas y Huayán poseen sendas danzas de Negritos que bailan en Navidad y Año Nuevo, las mismas que han merecido el reconocimiento
de Patrimonio Cultural de la Nación por parte del Ministerio de Cultura.
En
la foto, los Negritos de Malvas a la izquierda y los Negritos de Huayán a la derecha:
En
la provincia de Aija, se baila Negritos en Aija capital, en donde tienen a los llamados Negros de Plata o “kelle negro”,
ellos danzan en honor a la Virgen de Copacabana
en el mes de febrero. En esa ciudad ya se ha perdido la danza de los Negros
de Navidad.
Los
Negros de Plata de Aija, conocidos así por llevar monedas de plata en sus bandas, también han sido recientemente
reconocidos como Patrimonio Cultural de la
Nación, y este sería de donde nace la danza Los Negrazos de Sipza. En la siguiente fotografía se puede ver a los
Negros de Plata luciendo sus bandas llenas de monedas de plata de 9/10:
En
Recuay, la danza de los Negritos está vigente en la misma ciudad capital de la provincia
(en la foto inferior) y se danza en el mes de setiembre en honor del Señor de Burgos patrón de la ciudad. También
se baila Negritos en los distritos de Tapacocha, Cotaparaco, Cochapetí y Marca,
en la época de Navidad.
En
Huari, danzan los Negritos de Chavín, con claras influencias de los Negritos de Huánuco. Ellos danzan del 24 al 26 de diciembre de todos los años.
En
la provincia de Ocros, se tiene la danza de los Negritos de Ocros, danza navideña
que al igual de Huari,
tiene enorme influencia de los Negritos
de Huánuco.
En
Bolognesi, esta danza se ejecuta en la ciudad de Chiquián y en el distrito de Huallanca. En ambos lugares,
la danza se presenta en la Navidad
y Año Nuevo.
En el norte del departamento es muy escasa la presencia
de esta danza, destacando los
famosos Negritos de Musga del distrito del mismo nombre de la provincia
de Mariscal Luzuriaga, a quienes vemos en esta fotografía:
PEDRO NOLASCO LEÓN APOLÍN
Este preclaro mercedino nació el 6 de mayo de 1846 en el barrio de Qantu-Kuta, del caserío de Sipza. Se le bautizó
con el nombre de Pedro Nolasco en honor del santo del día, precisamente el santo que extendió
el culto de la
Virgen de la Merced.
Por su estirpe, era llamado a ser autoridad. Desde la independencia, él fue el tercer cacique de Sipza y supo hacer honrar a
su estirpe como la historia lo demuestra. Era
un hombre muy activo, a él se debe el cambio de nombre de Ingenio por La Merced,
pues era muy devoto de la Virgen
de la Merced, como su santo homónimo.
Entre
sus obras se puede señalar el logro de cambio de categoría de caserío a pueblo de La Merced. Es por ello que en el pueblo
tiene un hermoso
busto dedicado a su memoria como se ve en la foto:
Durante la guerra con Chile que se desarrolló entre 1879 y 1883, este cacique tuvo el
coraje de integrar una partida guerrillera para hostilizar a los invasores
cuando estos invadieron el
departamento de Áncash a inicios de 1883. A su cargo también estuvo
el apoyo con víveres, acémilas
y hombres con los que este noble departamento contribuyó a la llamada Guerra
del Pacífico.
León
Apolín de este modo pudo codearse con otros líderes indígenas que también levantaron sus armas contra el enemigo y
en defensa de la integridad del suelo huaylino.
De igual modo, pudo ver que todo el peso de la guerra se le cargó al hombre
del campo.
Es
por ello que después de la guerra, participa de los justos reclamos de los
indios de Huaraz ante los abusos de
los “mishtis”. A inicios de 1885 viaja a Huaraz para coordinar la protesta con el líder Pedro Pablo Atusparia, pues
ya era líder de todos los pueblos
de Aija: La Merced, Coris, Succha, Malvas y Huayán.
Una vez producido el alzamiento del 3 de marzo de 1885 en Huaraz, Pedro Nolasco León Apolín alzó a los pueblos de Aija a favor de la causa revolucionaria. Y con sus hermanos de lucha, tomó Recuay en una hábil maniobra. Este respaldo fue decisivo para que Pedro Pablo Atusparia (en la
pintura), el líder de la revolución en ciernes, se decida a expandir el movimiento a los otros pueblos
del Callejón de Huaylas.
Las causas de este levantamiento revolucionario fueron múltiples, entre las principales podemos señalar:
El abandono del campo a raíz de la Guerra
con Chile. La terrible miseria que se vivía en esos años.
Los abusos de los “mishtis”.
Las exacciones a estaban sometidos
los indígenas.
Ya es sabido que en Huaraz,
el detonante de la revolución fue la obligación del pago de la contribución personal de dos
soles, exigida por el señor prefecto para reabrir la Corte Superior de Justicia. Ante la negativa, las autoridades
campesinas fueron encarceladas y humilladas con el corte
de sus trenzas, símbolo de autoridad.
Este hecho rebasó la paciencia del indio huaracino
que se alzó con furia y ese 3 de marzo
tomó la ciudad luego de asesinar a más de 160 soldados del Batallón “Artesanos” que defendían la ciudad. El
prefecto, coronel Francisco Noriega huyó hacia Aija para luego embarcarse
en Huarmey rumbo a Lima.
Pedro
Nolasco León ingresó a Huaraz el 8 de marzo al frente de sus tropas a dar su respaldo al líder de la revolución, y
fue recibido por Atusparia en los salones de
la prefectura. Durante
los sesenta días que Huaraz y el Callejón de Huaylas estuvo
tomado por los insurgentes, el gran caudillo mercedino se mantuvo al
lado de Atusparia.
Una
vez que la revolución fue derrotada, los mercedinos retornaron a su tierra con el orgullo de no haberse
rendido. Pedro Nolasco,
con el áurea de haberse
mantenido fiel a los principios de la revuelta,
llegó acompañado de dos huanuqueños.
El
líder regresa airoso de la Revolución Campesina de 1885 con dos huanuqueños de nombres Alberto
Varillas y don Cecilio Cochachin. Al llegar a Sipza dan muestras de alegría e interpretan su danza con
especial encanto. Allí explican que la danza
se llama “Los Negritos de
Huánuco”.
Nolasco les pide que le enseñen
esos altivos pasos y aparecen
entonces dos grillos.
Los grillos abundan
en los campos de Sipza. Nace un híbrido, entre los Negritos
de Huánuco y el salto de los
grillos, que es el paso básico, del salto de los Negrazos de La
Merced.
Pedro
Nolasco León Apolín, también retornó de la guerra campesina con una idea fija en la mente. La educación es la base
del desarrollo de los pueblos. Es por ello que
instala una escuela para adultos, la misma que en 1890 pasó a convertirse en la Escuela Mixta
Municipal de La Merced. Allí enseñaba Pedro Nolasco, convencido de que el progreso de La Merced,
partiría de la educación. Y estuvo al frente de las aulas
hasta su fallecimiento ocurrido en 1903.
Como
un homenaje a este ilustre mercedino, en la actualidad la Merced tiene dos centros educativos de nivel secundario, el
más antiguo es la I.E. La Merced, nombrada
en honor a la patrona del pueblo y la otra lleva el nombre del ilustre mercedino
Vicente Guerrero Palacios,
educador de talla.
La
I.E. La Merced es una de las más reconocidas a nivel provincial, destacando en las ciencias
y en
arte, así como también
en el deporte. En la foto, su fachada:
Al
margen de la tradición y sus míticos personajes, el origen de la danza Los Negrazos
de Sipza se encontraría en la ciudad
de Aija en donde existían
hasta dos variantes de la danza de los Negritos:
los negros de Plata o Kelle Negro y los Negros
de Navidad
que ya no se baila en la actualidad. En cambio, como ya se ha señalado, los Negros de Plata han sido reconocidos como Patrimonio Cultural
de la Nación.
Tenemos el testimonio escrito
de don Leoncio Maguiña quien
en su libro “Aija y sus facetas”, al referirse a la fiesta
de la Virgen de La Merced de La Merced
señala que de Aija iban a La Merced tanto los
Negros de Plata como los Negritos de Navidad
para amenizar la fiesta de
setiembre.
LA FESTIVIDAD DE LA VIRGEN DE LAS MERCEDES PATRONA
DE LA MERCED
El pueblo mercedino es muy religioso, y se viste
de fiesta para celebrar a su patrona,
la Virgen de las Mercedes a partir del 1° de setiembre de todos los
años. La fiesta patronal de La Merced
dura más de un mes, pues recién va a culminar el 3 de octubre. En la foto,
el altar mayor del templo matriz de La
Merced:
El escritor
aijino Leoncio Maguiña
Morales hace un breve recuento
de esta festividad, en su libro
“Aija y sus facetas” publicado en 1997:
“En el pueblo que antiguamente se llamaba
Ingenio, es donde la fiesta patronal alcanza las dimensiones exorbitantes de
solemnidad religiosa, de algarabía feliz
hasta la estridencia y derroche de recursos a raudales. Llegan los hijos residentes en otros pueblos
y en la capital de la república, conformando así un ambiente
familiar de reencuentro y unidad que tiene como eje la sagrada imagen de la Virgen de las Mercedes. Los
que bajan de las estancias y caseríos inundan
al pequeño poblado
que henchido de humanidad tremolante, vibra durante cuatro días en el maremagnun del misticismo, del
gozo y el jolgorio en honor
a la Virgen Mercedita.
Con
el torrente musical de las bandas, de los flauteros y el retumbo atronador de las avellanas, la fiesta comienza el día 23 de setiembre, continúa
el 24, el
25
es el día central, y culmina el 26 con la corrida. Durante cuatro días discurren secuencialmente todas las
facetas policromadas, la sinfonía de los ritos
religiosos, las estampas y costumbres que conforman el universo de la fiesta patronal.
Es
así como la muchedumbre heterogénea y variopinta, palpitante, henchida de vehemencia y ahita de gozo, participa
del cargayequi, y el chasqui, del wataqui,
de los fuegos artificiales, de la solemne
misa y procesión, de la corrida de toros, etc.
La
población goza extasiada de las estampas pintureras de los danzantes de Negros de Plata, los Wanquillas, los
Shaqshas, y Sayahuancas. Participa de las
comilonas opíparas de los mayordomos que vaciaron la despensa para atender
a la multitud que se congrega
durante la fiesta.
Así
es el mercedino, puntilloso en sus fiestas, y cuanto más poder económico tiene, el derroche irracional será mayor.
¡Oh vanidad humana que del brillo superficial se ufana!”
La
labranza de ceras
En
el mes de julio, los mayordomos y las mayoralas de la fiesta de la Virgen de
las Mercedes, que se han inscrito
previamente para “pasar la fiesta” en ese año,
convocan a familiares y amigos para realizar
la tradicional “labranza de ceras”.
En
cada casa de los funcionarios se realiza la “labranza de ceras” que consiste en la preparación de las grandes ceras que
arderán en el templo durante toda la celebración.
Previamente
se ha repartido entre las entendidas una porción de lana ara que puedan “puchcar, tinkar y kepur”,
es decir, hilar y torcer
la lana para que sirvan
como mecha o guía
de las ceras.
Las
personas que realizan esta labor son conocidas como “churé mayoralas” y se escogen entre las amistades de los
funcionarios. En La Merced, se considera un honor ser elegida como “churé mayorola”.
El día elegido para la “labranza
de ceras”, se prepara un gran almuerzo
en casa del mayordomo, mientras
que en una paila se hace hervir
trozos de cera y se le agrega
jugo de limón. Lentamente se mueve todo el preparado hasta que “agarre
punto”. El dibujo de esta tradición pertenece al artista aijino Leoncio Maguiña:
Una
vez colada la cera hirviente, “el cerero”, personaje conocedor del asunto, con una jarra de metal va vertiendo la cera
sobre cada mecha. Las mechas van colocadas con clavos
en cuatro filas en un cuadrilátero de madera o percha.
Ya
para la hora del almuerzo, las ceras empiezan a enfriar. Todos los asistentes son agasajados con sabrosos potajes
y luego comienza
el baile que dura hasta altas horas
de la noche.
El
manca janché
se realiza
al caer la tarde y es el desfile de potajes que ofrecen las churé mayoralas
en un despliegue de sabores que quedarán en el recuerdo de los
asistentes. Cada mayorala se luce presentando lo mejor de su culinaria
familiar.
A esta actividad se le conoce
con le nombre de “manca
janché” o llevar
la olla. y es un derroche de ostentación, pues las mayoralas
de la “labranza de ceras” aprovechan de esta ocasión
para hacerse notar en una sana emulación
por demostrar quien
tiene la mejor sazón en el pueblo.
Y así llegan los chicharrones, los jamones caseros,
el llunca cashqui
de cordero, las variedades
de picante de cuy, el sabrosísimo puchero y otros platos que son la delicia
de los participantes del “manca janché”.
No están ausentes la inmensa variedad de panes y rosquillas, las semitas y molletes que son la delicia de los asistentes. Luego vienen los dulces y mazamorras, ya sea de calabaza
o del oloroso “tocosh”, de papa o
maíz.
1
de setiembre, comienzan las Novenas
Con el nombre de “Novenas” se conoce a las celebraciones religiosas que todas las noches
entre el 1 y el 21 de setiembre se realizan en el templo Matriz del distrito
de La Merced. A las 7 de la noche,
se congrega la feligresía en el templo a rezar el Santo Rosario y las clásicas oraciones y peticiones a la Virgen.
En la foto, la venerada imagen:
Cada
noche está a cargo de un devoto, una familia o alguna institución de la localidad. Así, la Municipalidad, la
Gobernación, la Posta Médica, la II.EE., entre
otras, alternan con los integrantes de la comunidad
para desarrollar las “Novenas”.
Luego del rezo, quien tiene a su cargo el día, de acuerdo
a sus posibilidades ofrece alguna bebida caliente a los asistentes,
que generalmente va acompañado de un bizcocho, un sándwich
o de darse el caso, un platillo de mazamorra.
Las personas
devotas e instituciones van haciéndose cargo de las “Novenas” hasta el
día 21 de setiembre. En La Merced existe un Comité de Devotos de la Virgen de Las Mercedes que cada año hace la lista
de las personas e instituciones que entre el 1 y el
21 de setiembre se harán
cargo de las “novenas”.
El
22 de noviembre, la Novena está a cargo del
Mayordomo de la fiesta. El Mayordomo se luce en su Novena, hace
limpiar el templo y lo adorna con flores y cintas.
Su banda de músicos hace su primera presentación que es muy celebrada por la
concurrencia.
La
entrada de cargas
El día 23 de setiembre es “la entrada
de cargas” y está a cargo de los capitanes, los caporales, las mayorales y los mayordomos de la fiesta.
Toda la población
vive con emoción la esperada “entrada de cargas”
que consiste en la entrega de insumos para
la fiesta de parte de los oferentes, que son los familiares y amigos del funcionario de la fiesta.
Las avellanas
retumban anunciando la “entrada de cargas”, que es el desfile por las calles
de La Merced en dirección
al domicilio del mayordomo, de las mayoralas
y de los caporales de la danza, de varias acémilas llevando leña,
papa, yuca, cerveza, cuyes, granos, y
todos los productos que se van a utilizar en la preparación de los alimentos
que se consumirán durante los días de fiesta.
Fiesta
grande en las casas de los funcionarios mercedinos. La leña en los fogones y tullpas calienta los peroles que
reciben todo tipo de alimentos que a partir de esa tarde se consumirán hasta que finalice la Octava de la fiesta.
El
rompecalle
Los dos Caporales de “qelle negro”
y de “negro común”, son los encargados de esta actividad. “qelle negro” es como se conoce a los “Negros
de Plata” y “negro común”
vendría a ser los
conocidos como Negritos en otros lugares.
La
diferencia entre estos dos elencos de danzas es que en las bandas que les cruzan el pecho, los del “qelle negro”
llevan monedas de plata, mientras que el “negro común” tiene las dos bandas solamente bordadas.
En la tarde del 23 de setiembre es el “rompecalle”, en que del domicilio de estos dos funcionarios, los dos Caporales, salen ellos y sus familiares al son de las bandas
de músicos y al frente de sus
respectivos grupos de danzantes.
En el “rompecalle” toda la población
se dirige al templo Matriz de La Merced, a hacer llegar su saludo a la patrona del pueblo
la milagrosa imagen de la Virgen de Las Mercedes
que amorosa espera a los fieles con sus brazos abiertos en espera de sus peticiones
y solicitud de favores.
Luego de la “adoración” que se realiza
en el templo los danzantes, toda la población expectante se queda en la plaza de armas para bailar al son de
las bandas de músicos, cajas y
pitos, que amenizan la celebración.
El
amarre de arco
El 24 de setiembre es el “amarre de arco”, y en esta fecha salen las 4
mayoralas y ellas se hacen acompañar
por sus danzantes de Huanquillas y Shacshas. Es día grande en La Merced, toda la población se llena de gozo y
algarabía por la gran festividad de la
Virgen de Las Mercedes.
El “amarre
de arco” consiste
en vestir el anda de la Virgen
de Las Mercedes para la solemne
procesión del día 25. Para ello, cada una de las cuatro Mayoralas han preparado
previamente en sus viviendas hermosos
arreglos florales o arco con que engalanarán el anda. En la foto, Maurilio
Mejía junto a la Virgen previo a esta ceremonia:
La
mañana del 24 de setiembre, la imagen de la Virgen de las Mercedes luce atuendo nuevo para la ocasión y su anda es
adornada con multitud de flores. Un primoroso adorno
de flores blancas
o arco se le coloca
a la imagen para darle mayor esplendor.
Luego
cada una de las cuatro Mayoralas se acerca a rendirle homenaje y tras la Misa la población
se dedica a saludar a la muy milagrosa imagen de la Virgen de
las
Mercedes, patrona espiritual del pueblo de La Merced. En la foto, los cuatro arcos en el anda de la Virgen:
La feria municipal
Ese
día, el 24 de setiembre, es tradición que el municipio de La Merced, con su alcalde a la cabeza, tenga a cargo la
organización del festival de danzas, feria artesanal y culinaria en honor
a la Virgen de Las
Mercedes.
Los
platos típicos son el picante de cuy, jamón, asado de chancho, la llunca de gallina,
el puchero, el chicharrón entre
otros. También se presentan toda la variedad
de panes, bizcochos, roscas, molletes, semitas
y cuayes que se preparan
con gran esmero
para la ocasión.
Lugar
aparte merecen los dulces que se ofrecen durante la fiesta. Y esto consiste en la variedad
de mazamorras y dulces. No puede faltar
la mazamorra de calabaza y de
tocosh, ya sea preparados a base de maíz o de papa.
A las dos de la tarde se inicia
la presentación de danzas.
Ya la población que se ha servido
de los sabrosos potajes, se prepara para espectar del acontecimiento esperado por todos, el desfile y presentación de las danzas
de los caseríos y centros
poblados, que son el orgullo
del poblador mercedino, a tal punto que ostentan
el título de “LA MERCED, DISTRITO FOLKLÓRICO”.
Esta es la relación de danzas que para deleite
de propios y extraños se lucen
en el pueblo de La Merced la tarde del 24 de setiembre:
Inaugura el desfile el caserío de Sipsa con sus
célebres Negrazos de Sipza. Luego llegan los Shacshas del caserío de La Trinidad.
Dos danzas representan al caserío de San Ildefonso, y son la Saya Huanca y los Huanquillas.
Del caserío de Santa Cruz bajan
las engalanadas Pallas.
En seguida
viene el almuerzo
ofrecido por los dos mayordomos.
La procesión del 24
La
procesión de la venerada imagen de la Virgen de las Mercedes es a las 4 de la tarde y sale del parque
de Ashcu, tomando
la calle principal
de La Merced baja a la plaza principal. En la fotografía se puede apreciar
el tradicional parque
de Ashcu:
Esta
procesión es acompañada por danzantes y feligresía en general. La Merced se regocija con tamaña celebración en que
el fervor religioso se vuelca hacia la Santa
Madre de Dios, reconocida como la Virgen de Las Mercedes. En la foto, la procesión
se acerca a la
plaza:
Ya
por la noche es la celebración de la gran Víspera en honor a la Virgen de las Mercedes
patrona del distrito de La
Merced. Sus dos mayordomos se hacen presente
con sus respectivas bandas de músicos. La población vibra con el armado de los “castillos” de fuegos
artificiales, los que llegan al número de siete, pues también el capitán
y las mayoralas ponen sus “castillos”, es decir, hay uno por cada funcionario de la fiesta.
A
veces hay artistas que son invitados por los funcionarios. Eso depende de la voluntad de los mismos. La población
mercedina goza con las actuaciones que se intercalan con las bandas de músicos,
lo que llena de frenesí
a los concurrentes que bailan
hasta la madrugada.
El
día central, 25 de setiembre
Cada
pueblo tiene su propia particularidad. Desde muy antiguo, en La Merced, se celebra el día central de la fiesta de la Virgen
de las Mercedes cada 25 de setiembre. Esto es realmente una novedad, pues según el calendario
católico, la fiesta de la Virgen de las Mercedes es el 24 de setiembre.
En
otros pueblos de Áncash que tienen como patrona a la Virgen de las Mercedes, la celebración se realiza el 24 de setiembre, así sucede en Carhuaz con su patrona
“Mama Meche” y en San Luis, con su amada “Mama Milshi”, ambas capitales
de provincia, o en otros distritos como en Jangas,
de la provincia de Huaraz
y en Yauya provincia de C. F.
Fitzcarrald.
La
Misa de la fiesta central se realiza a las 11 de la mañana con la participación
de todos los funcionarios, familiares y toda la población e invitados.
Tras
la Santa Misa de fiesta se desarrolla la solemne procesión por el cuadrilátero de la plaza principal de La Merced. Esta
procesión está acompañada por la banda de músicos y por los danzantes que aportan
las mayorales.
Al
promediar la tarde, la población se dirige a casa de los funcionarios a
servirse el almuerzo con potajes
propios de la zona como el asado de chancho, la sabrosa llunca, y el riquísimo picante de cuy al estilo mercedino, entre
otros platos que son la delicia de los asistentes.
Luego del almuerzo se arma el baile general
en el que participan todos los concurrentes. La Merced bulle con toda la algarabía que se esparce
entre propios y extraños.
Por
la noche, sigue la fiesta en la plaza donde se arman otros castillos de fuegos artificiales. La población vibra de
alegría por su santa patrona la milagrosa Virgen de las Mercedes.
Música y danza se mezclan
con el fervor religioso de los
mercedinos
que no han escatimado esfuerzos para celebrar a la Santa Madre de Dios.
El
día 26 de setiembre es la corrida de toros. La Merced no tiene un coso o una plaza de toros, para la corrida del 26 se
improvisa el tradicional “palenque” armado con resistentes maderas para poder soportar el peso de los asistentes.
Como
la zona es ganadera, se tiene mucho respeto a los animales, pues se considera que gracias a ellos se ha
logrado el desarrollo de la población, por ese
respeto es que la
corrida de toros tiene una especial característica en el
pueblo.
Es
por esta consideración que en La Merced, las corridas de toros son solo “de capeo”.
Es decir, en la corrida
de toros del 26 de setiembre, no se matan a los toros, no hay toros de muerte. En los últimos
años, se ha popularizado el toreo bufo, con la participación de personajes cómicos
que son la delicia de la concurrencia.
El Descanso
Luego
de los cuatro días de la fiesta patronal, viene un período de calma que va entre el
27 y
29 de setiembre.
Es
cuando la población retoma la calma y se prepara para lo que viene, la gran fiesta de la Octava de la Virgen de las
Mercedes de La Merced. Las fuerzas se reponen y la
calma se apodera de la población.
En
estos días de descanso, es cuando todo vuelve a su inicio. Ya no hay novenas ni triduos en honor a la Virgen. La
población entra en un pequeño letargo que es
propio de los pueblos
de la región.
LA OCTAVA DE LA
VIRGEN DE LAS MERCEDES
El
30 de setiembre
La Octava de la Virgen de Las Mercedes cambia de eje pues ya no solo se desarrolla en La Merced, sino interviene el caserío
de Sipza en donde es originaria la danza de Los Negrazos.
Y
es así como a las 6 p.m. del 30 de setiembre se reúnen en la casa del señor Procurador que generalmente es ex danzante
de los Negrazos, por lo que conoce todo con respecto a la fiesta y a la danza.
El Procurador es un voluntario que se
ofrece el año anterior, teniendo
como motivación la fe y el amor que siente por la Santa Madre de Dios, la milagrosa Virgen
de las Mercedes, patrona de La Merced.
Una vez que todos los danzantes han llegado a casa del Procurador, se les sirve la cena, la llunca y el picante de cuy y un
brindis en señal de agradecimiento por su participación en la fiesta.
Hay
que señalar que tanto el Procurador como los danzantes comprometen su participación en la fiesta,
de modo gratuito y sin solicitar retribución alguna. Es solo la fe la que
los mueve y el amor a su santa patrona.
Tras la cena, toda la comitiva
se traslada al templo de San Antonio
de Sipza a hacer un ensayo de su participación. Esto es
un punto muy importante para el éxito de la
participación de los
danzantes en los siguientes días.
El
rompecalle
Todo
Sipza se moviliza y acompaña a los Negrazos que bajan en pasacalle por Cruzpampa y se dirigen a La Merced con su banda de músicos, avellanas y bombardas. En el pueblo todos esperan con
júbilo y gran expectativa la llegada de los danzantes en el rompecalle.
En
la escuela, hoy I.E. La Merced, pasando el puente del río Pescado, en el Jr. Pedro Nolasco esperan a la población y se
dirigen al templo matriz dando inicio a las fiestas
de la Octava de la Virgen de las Mercedes. En la foto, imagen del puente:
A las 8 de la noche los Negrazos
de Sipza ingresan
al templo a dar el saludo. Como señal de respeto, primero
son las llamadas “Damas”, quienes
realizan la adoración. Luego viene el saludo del Procurador y finalmente son los
Negrazos encabezados por sus
Caporales, y luego son los danzantes quienes en parejas realizan la adoración.
Todos
ellos hacen la petición a la Virgen y le elevan sus oraciones. Los danzantes no llevan sombreros ni máscara en este
acto religioso como señal de respeto a la Virgen. Este es un momento muy emotivo, pues los danzantes
le ofrecen a su santa
patrona su vida y su danzar,
sus anhelos y preocupaciones.
Al salir hacen el “Estribillo” que es un paso especial de la danza en que los Negrazos
se agarran de las manos en parejas y se dan vueltas en señal de alegría.
Luego, hacen la mudanza: calle,
casa, movimiento, marinera
y huayno.
Tras
este momento, viene el baile general en la plaza de La Merced. La población se divierte con la música y celebran a los
danzantes que con sus vigorosos saltos se ganan el
cariño y la admiración de los presentes.
Pasada
la medianoche, toda la comitiva se despide de La Merced y músicos y danzantes
retornan a Sipza en un recorrido de kilómetro y medio que es la distancia que separa
a La Merced del caserío de Sipza.
El
1 de octubre
En Sipza se reúnen en casa de uno de los Caporales, puede ser el
primero o el segundo a las 8 a.m.
todos los danzantes a tomar el tradicional caldo de cabeza, alimento
energizante que los reconforta tras la malanoche
anterior y los predispone a bailar durante
la jornada que se inicia.
Nuevamente
se trasladan al son de un pasacalle hasta La Merced. Van a la Municipalidad, ante el Gobernador luego y
pasan a visitar a otras autoridades y los ciudadanos
notables o devotos. En cada lugar desarrollan los clásicos pasos de Calle, Casa, Movimiento, marineras y
huaynos. En la foto, Los Negrazos en el auditorio de la
municipalidad:
De acuerdo
a la coordinación con los devotos las visitas las realizan tanto en Sipza
como en la Merced. Esto es ya algo tradicional, las visitas las hacen
coincidir de modo que llegan de
retorno a Sipza pasado el mediodía y almuerzan en casa del otro Caporal.
En
Sipza, si el primer Caporal ofreció el desayuno, el segundo Caporal tiene que brindar el almuerzo del día 1 de octubre. En caso de que el segundo Caporal
ofrezca el desayuno, el primer caporal se hará cargo del almuerzo
de ese día.
Luego
del almuerzo, siempre bailando van a La Merced a preparar el anda para la procesión lo cual tiene también su propia
ritualidad. El templo matriz de La Merced se llena de colorido y toda la población se mantiene expectante.
Al
caer la tarde de ese día se realiza la solemne Misa de Vísperas y Los Negrazos luego acompañan a la imagen de la Virgen
de las Mercedes en su recorrido por el cuadrilátero de la
plaza de armas.
Los
devotos de la Virgen de las Mercedes brindan la cena a todos los asistentes demostrando la proverbial generosidad de
los mercedinos. Una vez todos se han alimentado
bien, se da inicio al baile general. Las bandas de músicos entran en franca
competencia para deleite y gozo
de los asistentes.
Al
promediar la medianoche nuevamente se encienden los castillos de fuegos artificiales en cada esquina de la plaza
principal de La Merced. La población baila al son de las bandas de músicos mientras
que los Negrazos continúan su tradicional visita a
las viviendas de los devotos de la Virgen de las Mercedes.
2
de octubre día Central de la Octava
El
día central de la Octava de la fiesta de la Virgen de las Mercedes del distrito
de La Merced, el tan esperado 2 de octubre
se inicia muy temprano en La Merced con el
tradicional “Alba gané”, cuyo significado literal es “ganar al alba”,
despertarse antes del amanecer.
El
“Alba gané” es una antigua tradición por la que danzantes y músicos, venciendo el cansancio y la falta de sueño,
compiten entre ellos por ver quién llega primero a las puertas del
templo matriz de La Merced.
Por
ello los Negrazos se despiertan unos a otros, se visten apresuradamente y corren al templo antes que lo hagan los
integrantes de la banda de músicos. Todo esto ocurre
a las 4 de la mañana. Quien
pierde el “Alba gané” tiene
la obligación de agasajar
al vencedor, o pasan “el callejón oscuro”. Basta que un músico o un Negrazo
se demore, pierde todo el elenco y pierda
el “Alba gané”.
Entre los Negrazos de Sipza hay un castigo
a los que se tardan,
que indistintamente puede ser la entrega de tres litros de “caliche” la tradicional bebida
en base a hierbas aromáticas y alcohol, o de una caja de
cerveza.
Si
el que se ha demorado no quiere “pagar la multa” con la entrega de bebidas, se atiene a pasar “el callejón oscuro”, que
consiste en lo siguiente: los danzantes se colocan
en dos filas y por el medio tiene que pasar a la carrera
el infractor recibiendo golpes de chicote o de vara como castigo.
Nuevamente se reúnen para servirse el desayuno en casa de uno de los Caporales
y posteriormente continúan con las visitas a las autoridades de Sipza
antes de dirigirse en pasacalle a La Merced.
Los
Negrazos tienen calculada la hora de su ingreso al pueblo de modo que les da tiempo para realizar un par de visitas
antes de participar en la solemne Misa de fiesta.
Hacia el mediodía del 2 de octubre, “la tendida” y las avellanas anuncian el inicio
de la procesión de la venerada imagen
de la Virgen de las Mercedes, patrona
espiritual del distrito de La
Merced. Los Negrazos de Sipza encabezan la procesión con su magnífico
danzar.
Una
vez culminada la procesión, se realiza el cambio de funcionarios para el próximo año. Se buscan nuevos caporales,
procurador, promesantes y músicos. A eso de las 4 de la tarde todos retornan a Sipza donde uno de los funcionarios ofrece el
tradicional almuerzo de la fiesta o “la bendita de la Virgen” como se
acostumbra llamar en el
lugar. Los Negrazos agradecen el almuerzo
danzando:
Nuevamente las avellanas anuncian el inicio
del baile popular
que se prolonga hasta altas
horas de la noche. Todos los asistentes bailan y se divierten al compás de las bandas
de músicos, mientras
que los Negrazos
comparten de la algarabía con toda la población.
El
3 de octubre
El
3 de octubre marca el final de las celebraciones en honor a la Virgen de las Mercedes. Es el día de la Despedida y de
la Colocación, ceremonias que también tienen
como personajes principales a los Negrazos
de Sipza. Anteriormente, en este día se realizaba
la corrida de toros, en que los mismos Negrazos
hacían de toreros,
se disfrazaban de “damas” y realizaban muchas gracias para traer al
público. Últimamente se ha retomado
esta sana costumbre, con toros de capeo.
En la foto,
todo el elenco de 2014 en el atrio
del templo matriz de La Merced:
Luego
del desayuno ofrecido siempre por uno de los Caporales, esa mañana los Negrazos se dirigen por última vez a La
Merced acompañados de su banda de músicos y bailando el tradicional pasacalle.
Ya en el pueblo
se dirigen al templo matriz
de La Merced a despedirse de la madre amada,
la siempre milagrosa Virgen de las Mercedes. Cada danzante tiene un diálogo personal con ella. Allí le
renuevan sus votos de bailar por siete años consecutivos para alcanzar la gracia
que íntimamente le han solicitado.
Es
tras esta visita que se realiza la “colocación” de la sagrada imagen en su
altar, desde donde la Virgen de las
Mercedes seguirá velando por sus hijos hasta el siguiente año, cuando se
renueve el ciclo festivo en La Merced.
Mayordomo
y Caporalas, Procurador de Negrazos y Caporales, se despiden de la Virgen. Quienes dejan el cargo entregan a
los nuevos devotos que se han anotado para
que en el siguiente año continúe la tradición tan arraigada en La Merced, de venerar con todo boato a la milagrosa
Virgen de las Mercedes. En la foto, el Segundo Caporal con sus amigos el último día de la fiesta:
LA
DANZA DE LOS NEGRAZOS DE LA MERCED
El
Prof. Claudio Moreno Solórzano ha realizado la investigación documental y encuentra en los archivos de la tesorería
del templo matriz de La Merced las anotaciones
de don Ignacio Anaya referentes a los inicios del culto a la Virgen de las Mercedes. En la foto, el informante,
Sr. Solórzano, en 1986 cuando participó como Primer
Caporal en Raymi Llacta y actualmente en 2021, a sus 92 años:
El
señor Anaya afirma que en el año de 1875 se funda la festividad de la Virgen de las Mercedes, gracias a que anteriormente
la señora Paula Figueroa donó sus terrenos
ubicados en la localidad de Ingenio para que allí se construya una capilla y se realice dicha festividad.
Es
así que a su amparo, se levanta el templo que posteriormente se llamaría De la Merced.
Consta en actas que las personas que se comprometieron a llevar adelante
las fiestas en honor
a la
Santísima Virgen de las Mercedes en La Merced.
Don
Espíritu Rodríguez Corterreal, don Mariano Torres, don Ignacio Torres, don Pedro Celestino, don Juan Uribe y el
cacique Pedro Nolasco León, fueron las personas que se anotaron para realizar la festividad el 25 de setiembre de 1875.
La
población de La Merced se adhirió en masa a la celebración, anotándose para los siguientes años a “pasar la fiesta” de
la Virgen. Ante tal avalancha de personas comprometidas, se decidió realizar
la Octava de la fiesta
con el mismo esplendor.
Para
evitar enfrentamientos y enconos, se decidió que el día central, el 25 de setiembre, la fiesta sea realizada por los
caseríos ubicados al lado oriental del río Pescado, mientras
que la fiesta de la Octava del 2 de octubre estaría
a cargo de los caseríos
de la parte occidental del río Pescado.
En
la fiesta del día central, la del 25 de setiembre, se acostumbraba presentar la danza del “Negro
común”, que era tradicional de los pueblos
de Aija. Es por ello que se decidió
crear una danza parecida para
la octava de la fiesta.
Es
entonces que tras su participación en la revolución campesina de 1885, Pedro Nolasco León retorna a su tierra en
compañía de dos huanuqueños a quienes solicita les enseñe
los pasos de la danza de Los Negritos
de Huánuco.
Se
nombró una comisión de devotos para que ayuden en la creación de la danza. Y los elegidos fueron el susodicho Pedro
Nolasco León, Nicolás Torres, Eloy León, Maximiliano Antúnez,
Damiana Torres y Apolinario Polo.
Ellos
fueron los que con el correr de los tiempos, lograron crear la danza de Los Negrazos
de Sipza con características muy propias y modismos locales
en el modo de bailar que han configurado el actual estilo
de la danza.
La
danza de Los Negrazos de Sipza, poco a poco se ha ido posicionando de las preferencias de los espectadores que acuden a La Merced atraídos por la magnificencia de la gran fiesta de
la Octava de la Virgen de las Mercedes.
Esta danza
hoy en día se ha convertido en la más representativa de la provincia
de Aija. Y en base a ella es
que se ha dado en llamar a la Merced “el distrito folklórico de la provincia de Aija”.
Por la elegancia de la danza, el porte de los danzantes y la espectacularidad de sus saltos que marcan la diferencia, Los
Negrazos de Sipza han salido a representar a
la provincia de Aija en
diversos eventos.
Se
recuerda con singular emoción la participación en el “Inkarri” de 1973, que organizó el SINAMOS, llegando a nivel
regional, donde se presentó la danza en la gran explanada
de Wilcahuaín en Huaraz, ocupando
el segundo lugar en la calificación general.
Pero la mejor participación y la consagración definitiva de la danza fue en el evento denominado “RAYMI LLACTA” desarrollado
con gran convocatoria en el año de 1987, cuando
Los Negrazos de Sipza ocuparon
el primer lugar a nivel de la Región Áncash
en el evento desarrollado en la ciudad
de Huaraz.
Tras
esa exitosa presentación la emblemática danza fue invitada a presentarse en la ciudad de Lima. En esa ocasión, era
Procurador de la danza don Felipe Moreno Solórzano, quien consiguió el apoyo de la alcaldesa
distrital doña Isidora
Pineda de Rodríguez para llevar a la delegación a la capital.
En la foto se la puede
apreciar:
La delegación realizó un vistoso pasacalle partiendo de la Plaza San
Martín hasta llegar a la Plaza de
Acho, donde se realizó el evento. Con el enfervorizado apoyo de los mercedinos, aijinos y ancashinos
presente en el primer coso del Perú, la danza de Los Negrazos
de Sipza, ocupó el primer lugar a
nivel nacional.
Integraron esa famosa delegación los siguientes
danzantes: Caporales: Claudio
Moreno Solórzano y Félix Camones
Mejía.
Promesantes: Zoilo Palacios, Marcelino Antúnez, Eduardo
Rodríguez, Julián Huerta,
Eleazar Correa, entre otros.
Dama modatseq: doña Rufina Henostroza Bedón.
Los ancashinos residentes en Lima, llevaron a la delegación a las
instalaciones del Club Departamental
Áncash, en su sede del Jr. Horacio Urteaga 258, en Jesús María, donde fueron agasajados y premiados por la brillante
participación. Los residentes
ancashinos en San Martín, extendieron la invitación a los ganadores del “RAYMI LLACTA” y los llevaron a
presentarse en la ciudad de Tocache. A su retorno,
volvieron a presentarse en Huaraz y en Aija, donde también recibieron el reconocimiento y felicitación de sus
autoridades.
En
el 2012, participaron del III Encuentro Regional de Danzas Ancashinas en Huaraz, representando a la provincia
de Aija. En aquella oportunidad fue Procurador don Nicolás Antúnez
Mejía y los Caporales Oscar Rolando Villacorta Romero y José
Oncoy Bedón quienes en la foto, en el Parque de los Leones de Huaraz, se
ubican a los costados de las “Damas”:
Personajes integrantes de la danza
Los
Negrazos de Sipza tienen diferentes miembros, cada cual con sus funciones específicas:
El Procurador
Es
una persona de respeto que se hace cargo de la danza en los días de fiesta. El Procurador, para acceder al cargo tiene
que haber sido danzante por lo menos siete años consecutivos.
De él depende el éxito de la danza.
El
Procurador mantiene el orden y la puntualidad entre los danzantes. Se encarga de coordinar las visitas a las autoridades
ya los domicilios de los devotos. Su participación es indispensable desde el 30 de setiembre que es el inicio de la Octava
hasta el 3 de octubre en que culmina la fiesta. En la foto, el
escapulario del Procurador:
Entre
sus funciones está contratar la banda de músicos en coordinación con los Caporales. Ver quién va a escribir los
versos que se recitarán durante la fiesta. También
se encargan de que el “casuelado” del 30 de setiembre se sirva a todos los danzantes
y a
todos los integrantes de la banda de músicos.
Finalmente se tiene que hacer cargo de la compra de las avellanas, ruedas,
palomas y otros elementos con
los que se va a iniciar la fiesta en el tradicional “rompe” del 30 de
setiembre.
Los dos Caporales
Dentro de los danzantes, el primer caporal y el segundo caporal son
personas de respeto encargados de
guardar el orden en las columnas de danzantes, cada uno se hace cargo de una columna. También se preocupan de ordenar el
cambio de mudanzas en plena
danza.
Ellos se encargan de brindar el caldo de cabeza o “pecan caldo” todas las mañanas desde el 01 al 03 de octubre, a los
danzantes y a los músicos. También dan el almuerzo
y la cena en los días de fiesta. Entre sus funciones está cuidar a las “damas”,
que no se las “roben”.
En la foto, el primer
Caporal de 2015, Jhony Patricio
León, luciendo orgulloso
la banda que lleva su nombre:
Los
dos primeros caporales tienen que pagar el 50% de lo que cobra la banda de músicos por los días de su participación.
Ellos pagan a la señora que viste a las “damas” y se
encargan de dar una propina
a los niños que cumplen
ese rol.
Haber
ocupado este cargo es motivo de mucho orgullo para los mercedinos, que recuerdan
el hecho de muchas maneras.
En la foto, la gigantografía recordatoria de la familia Manrique, cuyo padre, el señor
Esteban Manrique fue primer Caporal en el
año 2014. Su hija Patricia Manrique de Portalatino y sus nietas lo lucen con verdadera
emoción:
Los promesantes o Cuadrilla
Son
llamados así los danzantes de Negrazos que tienen la promesa de danzar durante siete años en honor a la Virgen de
las Mercedes en la festividad de la Octava de su fiesta entre el
30 de setiembre y el 03 de octubre.
Los
Negrazos se trasladan entre Sipza y La Merced danzando esos cuatro días. Realizan todos los pasos y las visitas
pactadas para llegar a saludar a todos los devotos que se comprometieron a recibirlos.
Los Negrazos tienen que cumplir rigurosamente todos los pasos y compromisos que asumen tanto el Procurador como los Caporales. Ellos saben que si incumplen con
algo
que está establecido, tienen que pagar “la multa”, consistente en licores o el tener que pasar “el callejón
oscuro”. En la foto, en plena
danza:
Las Damas
Son dos niños entre los 8 y los 12 años que representan a dos niñas
y llevan peluca
y vestidos largos de color blanco. Las Damas tienen que cambiarse dos
veces al día.
La
misión de las Damas es cuidar las varas de los Negrazos en el paso llamado “movimiento”. En las visitas, las damas sacan a bailar
a los Caporales, al Procurador y al jefe de familia
del hogar que se visita.
La Dama modatseq
Es la persona encargada de vestir a las Damas. Y su misión es muy
importante pues de ella depende que
no se note que son niños, es decir varones, quienes hacen de Damas.
La Dama Modatseq se
arregla con el Procurador para proporcionar el vestido a las Damas y también de conseguirles las
muñecas que les caracterizan a estos dos danzantes tan particulares de los Negrazos
de Sipza. En la foto, la Dama modatseq que cumple esa función hace muchos años
doña Flavia Anaya León, vistiendo a dos “damas”, Fernando Palacios Villacorta y Nolberto Mallqui Bedón:
Las mudanzas
de la danza
La tradicional danza de Los Negrazos de Sipza, tiene establecidas sus mudanzas o pasos. Desde muy antiguo se respeta la secuencia y propiedad
de ellas.
Calle
Es
el traslado de la cuadrilla de Los Negrazos de Sipza desde el caserío hasta el pueblo de La Merced. También
se ejecuta al ir de un lugar a otro. Se baila
al son de un pasacalle
muy vivaz para que los danzantes demuestren su destreza y resistencia, con silbidos, pifias y un bullicio que atrae a los espectadores.
Templo o Saludo a la Virgen
A la patrona se le rinde adoración en su templo,
el templo matriz de La Merced. Los danzantes
realizan la adoración sin sombrero ni máscaras en señal de respeto a la venerada imagen de la Virgen de las
Mercedes. Al salir bailan “El Estribillo”, Calle, Casa, Movimiento,
Marinera y Huaynos.
Casa
Baile
en la visita a los funcionarios y autoridades, así como de los devotos que se ofrecen
a recibirlos. Donde les ofrecen sus respetos.
Movimiento
Los dos caporales dirigen los pasos más
alegres, que son seis movimientos: 1.De izquierda a derecha alrededor del resto de
los danzantes.
2. De derecha
a izquierda alrededor
del resto de los danzantes.
3. Por ambos extremos de las filas
para entrar por el centro en parejas. 4.Salida
por el centro y regreso
por los extremos.
5.Enganchando las campanillas con el brazo
derecho de cada danzante. 6.Enganchando las varas con el brazo izquierdo.
Todos estos pasos de la danza se realizan
dando saltos, doblando
primero la rodilla
derecha hacia atrás, a la altura de la pantorrilla de la pierna
izquierda. Esto le da una
característica muy especial a la danza.
Empiezan los dos Caporales, luego le sigue la cuadrilla
imitando el mismo movimiento, hasta
completar una rueda completa.
Marinera y huayno
Es
el paso final. Cuando ya los Negrazos van a retirarse de la visita, la banda de músicos ejecuta una alegre marinera que
los Negrazos bailan con la familia del visitado.
Finalizada
la marinera, empieza la fuga de huayno que se prolonga hasta las tres piezas
para alegría de los
presentes.
Vestimenta de Los
Negrazos de Sipza
La vestimenta de Los Negrazos
de Sipza es muy particular, pues tiene detalles
que la diferencian de otras expresiones, llámense
“Qelle Negro” o Negros de Plata, como del “Negro común” que también se baila para la Navidad en La Merced.
Sombrero
Es
de paja o jipe adornado con guirnaldas. De ellas cuelgan vistosas cintas de colores.
La
característica del sombrero de los Negrazos de Sipza es que tiene doble doblez en su contorno.
Terno
El terno que utilizan los danzantes durante toda la celebración es de
color azul marino o azul
noche.
Complementan
el uso del elegante terno una camisa blanca y una corbata de color guinda, semejante al fuerte color de las abundantes flores de cantuta
que se pueden encontrar en Sipza. Los danzantes llevan zapatos negros para completar
su atuendo.
Adornos de los danzantes
Las
Bandas
Son dos bandas que les cruzan el pecho y la espalda, una en paño de
color azul que va sobre el hombro
izquierdo y la otra en paño de color rojo que va sobre el hombro
derecho.
Las
bandas van bordadas con hilos dorados para darle mayor realce. Siempre la banda de color rojo va encima de la de
color azul. Últimamente se estila colocar en
las bandas los nombres de los obsequiantes.
Campanilla
Los Negrazos de Sipza llevan en la mano derecha una campanilla de
bronce de regular tamaño
para que su sonido sea nítido y argentino.
La
campanilla de los danzantes tiene un significado especial. Es señal de control
y respeto.
La
vara
La
vara es el elemento que más caracteriza a Los Negrazos de Sipza. No hay otra variante
de la danza de los negros o negritos que utilice una vara como complemento de la vestimenta del danzante.
La vara va en la mano izquierda del portador y es de madera de “shuntu”, que existe en las alturas de Sipza. El tamaño de la
vara es de 1.20 m y los danzantes la adornan con cintas de colores blanco
y rojo, colores de la bandera peruana
que van trenzados sobre la madera dándole un aspecto muy peculiar.
El chicotillo
Este elemento de la vestimenta es propio únicamente de los dos
Caporales, del primer y del segundo
Caporal. El chicotillo es de cuero trenzado y va en la muñeca izquierda del Caporal.
Su uso se restringe
a castigar al danzante que comete alguna
falta, ya sea por llegar
tarde a las convocatorias y compromisos, o ante cualquier indisciplina
que se haya cometido. Los Negrazos o promesantes, aceptan
estoicamente el castigo
impuesto.
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