DÍA DE LA LENGUA MATERNA. ¡HABLEMOS EL QUECHUA!
1. Sigue vivo y es heroico
Conservar el idioma quecha
vivo, hablarlo con frescura y vigor, poderlo oír aún en su pronunciación
dulce y sentida con todo el esplendor de su asombrosa gramática,
siempre como gozo y quebranto a la vez, es el resultado de uno de los
hechos más valerosos y titánicos que registra la historia humana.
Su perseverancia es himno de
la resistencia pacífica de la cultura andina a una cruenta expoliación;
es proeza de todo un pueblo, no menos heroica que haber conservado su
organización y su alma no contaminada después de cinco siglos de
exterminio, de crueldad y negación atroz y contumaz de sus más mínimos
derechos.
Nada de lo que podía ser
defensa de la vida, garantía de supervivencia, ni siquiera grito de
auxilio, se podía decir en lengua quechua. En esta voz no existía ni
leyes, ni salud, ni educación, ni empleo. ¡Nada! Todo estaba negado si
se hablaba el quechua. Es más: a quien se lo oía hablar se lo marginaba,
se lo despreciaba y se le perseguía. En algunas épocas se daban de
azotes. ¡Y eso desde hace cinco siglos! Entonces: ¿No es extraordinario
que siga existiendo? ¿No es un hecho sobresaliente y digno de
celebración el que lo hablen ahora doce millones de personas?
2. ¿De qué depende?
El hecho de su vigencia por
eso es uno de los acontecimientos más grandiosos de resistencia épica y
sobrehumana de todo un conjunto humano a una política de exterminio. Ha
sido siempre, y lo sigue siendo ahora, una lengua negada socialmente.
Sin embargo, está viva, indemne y expectante.
Sin embargo, el 27 de mayo del
año 1975 se dio al quechua la categoría de idioma oficial en el Perú,
por Ley del Gobierno Revolucionario de la Fuerza Armada que encabezara
el General Juan Velasco Alvarado, cuyo proyecto social quedó inconcluso y
fue fácilmente revertido por la rémora y la inercia de lo colonial
prevaleciente en nuestro país, siendo muchas las reivindicaciones que se
perdieron.
Mantenerla viva de parte de la
población indígena sigue significando sacrificio, ostracismo e
inmolación. Que se la siga hablando forma parte de nuestra cultura de
resistencia, hecho que es estupendo y admirable. Y esta gesta la encarna
toda una nación, a la cual ahora hay que extenderle nuestra adhesión
militante. ¿De qué depende en lo más práctico? De algo muy simple: ¡de
que la hablemos cotidianamente.
3. Lo ancestral peruano
Pero, refiriéndonos ya a quienes
trabajamos en el campo de la cultura, ¿no debiéramos más defenderla? Y
de manera más general: de encontrar en el presente y futuro formas de
hacer valer más y mejor la presencia del mundo andino para iluminar y
fortalecer nuestras vidas, y a fin de que ellas alcancen mayor plenitud.
En esa perspectiva hay algo que
toca tomar en cuenta a la clase intelectual y artística de la que
formamos parte; cuál es que hace algunas décadas había una actitud de
adhesión y fervor plenos por el mundo andino. Pero, de un tiempo a esta
parte hay una corriente de olvido, desestimación y desapego respecto a
dicho mundo.
Décadas atrás dicha realidad era
valorada y tomada en consideración sobre manera; se apreciaba y
cultivaba lo andino por lo menos en el campo del arte, al contrario de
lo que ocurre hoy. En cambio, ahora se ha encumbrado y enquistado en los
medios de comunicación y en los organismos e instituciones que reciben
los mejores estipendios estatales y privados, una corriente ostensible
de rechazo y manifiesto desprecio hacia lo andino y ancestral peruano.
4. La hablan, pero la esconden
Sin embargo, actualmente en quechua se comunican 12 millones de personas extendidas a lo largo de varios países andinos. Ocupa
el décimo quinto puesto entre las lenguas más habladas del planeta; y
el cuarto lugar de los sistemas lingüísticos que cotidianamente se
utilizan en América. Es la lengua nativa que ocupa la primera jerarquía por el número de personas que la usan en el continente.
En Lima el 50 % de su
población conoce o habla quechua, aunque no lo manifieste ni declare ni
lo haga ostensible, sino que más bien lo elude y oculta por prejuicio.
Son mudos del quechua por autoopresión y censura.
Hoy se conoce que los incas
inicialmente utilizaron el “puquina”, después el “aymara” y finalmente
adoptaron el quechua por su expresividad, riqueza y amplitud de
extensión en el antiguo espacio terráqueo.
Es la lengua de los
chinchaysuyos, que tuvo como ámbito de surgimiento y desarrollo al
actual departamento de Ancash, y no es Andahuaylas su raíz original como
antes se creía.
5. Diste ser y valor
Y he aquí el fragmento de una
oración o rezo incaico, dicho y recogido en idioma quechua por un
cronista anónimo de la Conquista:
“Aticsi wiracochan caylla wiracocha tocapo ac unpo
wiracochan camachurac caricachon huarmicachon nispallurac rurac
camascaique churascayqui casilla quispilla canca musac maipimcaiqui
ahuapichu ucupichu puyupichu llantupichu hoyarihuay hayni guay nihuay
ymay pachacamac haycay pachacamac canca chihuay marcarihuay y
batallihauay cadcuzcay tarichasquihuai may piscapos wiracochaya”.
“¡Oh hacedor! que estás en los fines del mundo sin
igual, que diste ser y valor a los hombres y dijiste sea este hombre y a
las mujeres sea esta mujer; diciendo esto los hiciste y los formaste y
diste ser. A estos que hiciste, guárdalos que vivan sanos y salvos, sin
peligro viviendo en paz. ¿A dónde estáis? ¿En lo alto del cielo o abajo
en los truenos o en los ñublados de las tempestades? Óyeme, respóndeme y
concede conmigo y danos perpetua vida para siempre, tenednos de tu
mano; y esta ofrenda recíbela a doquiera que estuvieres, oh Hacedor.”
6. El sentido colectivo
En tiempo de los incas se la llamó Runa Sini
o “Lengua humana”, o puede traducirse también como lengua madre; que es
un idioma aglutinante, onomatopéyico, basado en el uso de sufijos. Los
nombres se marcan por caso y persona. Su
estructura es nominativa acusativa, de fonemas binarios que permite que
se adapte con gran ductilidad al lenguaje informático. Su fonología es
simple.
El sistema vocálico dominante
es principalmente de tres vocales: e - i - u. No contiene verbos
irregulares. No tiene género gramatical. El marcador plural es kuna. El
orden de la frase es: sujeto, verbo, objeto. Es
el idioma en el cual se plasmaron los valores primigenios y
sustanciales de la cultura y el alma andina, como la fraternidad, el
sentido colectivo de la historia, la reciprocidad, la filiación y
pertenencia; así como el carácter auroral que es el sello indeleble de
la actitud que hay que asumir frente a la vida.
7. Somos aquello que hacemos
Mil años hace que existe el
quechua, idioma con el cual se ama, se adora a las divinidades, se crea y
se sueña en un mundo mejor, lengua sagrada desde el reino de los
huaris. ¿Qué nos falta para defenderlo? Nada. Las políticas culturales
establezcámoslas nosotros, el común, el pueblo real, concreto y sufrido.
Entonces hablemos el quechua ya, en este momento y desde ahora mismo.
Pronunciemos la primera palabra y la primera frase. Desatemos una
revolución cultural. Esto depende de nosotros mismos y de nadie más. Lo
que yo haga no es decisión del gobierno. Ellos al final no deciden nada.
Entre nosotros se oficializó el quechua por cierto período y eso no
tuvo ninguna incidencia práctica.
La comunicación en quechua
ahora involucra a varias naciones. Es una lengua viva, dulce y
constructiva, porque en el idioma quechua no se han encontrado palabras
procaces, cínicas ni que inciten a la violencia.
Su resurgimiento y su
destino dependen de que lo hablemos. Porque al final los seres humanos y
las sociedades somos aquellos que la padecemos, como hacemos para bien
la historia.
Enviado por Melacio Castro del
Autor: Danilo Sánchez Lihón
No hay comentarios:
Publicar un comentario