Amantes de Papel
Maritza Olórtegui Mariño
Maritza Olórtegui es una escritora de sonrisas y pasiones contagiosas. De las pocas oportunidades que tuve de compartir espacios con ella, conservo la imagen de una mujer de grandes sueños y romántica empedernida. Su romanticismo no es idealista ni esencialista: está cargado de responsabilidades con los demás, pues en ella habita la necesidad de contribuir a la solución de los problemas que afectan a las comunidades y a la sociedad en su conjunto. Además, es una mujer libre, que ha comprendido que la vida no es solo el fluir de los bellos sentimientos, sino también el coraje para enfrentar las adversidades. En ella se encarna la figura de la mujer real, que confronta múltiples problemas derivados del machismo, las configuraciones sociales y las diversas formas de violencia de las que somos víctimas.
En la autora, el dolor y las frustraciones masculinas no están ausentes, a pesar de tratarse —entre comillas— del “sexo fuerte”. Es un tema pocas veces abordado, porque se asume erróneamente que los varones no sufren, no lloran. El tema de género en el amor, para Maritza, implica visibilizar la negación del sentir, el miedo a expresar libremente lo que se siente y a vivir con intensidad.
Marisel, personaje de la obra, es protagonista de infidelidades y causante de muchos conflictos. Sin embargo, este no es un asunto exclusivo de Amantes de papel; históricamente, la mujer ha sido protagonista de batallas y derrotas. En la novela, la infidelidad es una constante. Lo particular es que ya no es un tema únicamente masculino: también es abordado desde la perspectiva femenina. Pero cuando es la mujer quien incurre en ello, la condena es inmediata. Se le tilda de inmoral, indecente, “mala persona”; recibe todos los adjetivos negativos posibles. Nuestra sociedad castiga con dureza a la mujer infiel, negándole incluso la posibilidad de una segunda oportunidad. En cambio, el varón sí puede ser aceptado, perdonado y olvidado.
Desde el día en que Amantes de papel llegó a mis manos —y al corazón—, supe que era especial. Lo recibí de manos de mi querida Maritza, a quien aprecio profundamente. Fue un gesto de cercanía y amistad verdaderamente significativo desde todo punto de vista. Es una maravillosa novela romántica, con rasgos de realismo, que refleja la sinceridad de la autora al abordar cada tema. Ambientada tanto en zonas urbanas como rurales, se despliega en espacios letrados como la universidad, instituciones educativas y algunas entidades estatales. Está presente el espíritu escritor de sus personajes, así como un amor profundo por uno de nuestros máximos representantes de la literatura universal: César Vallejo, quien universalizó al Perú desde el indio y la sociedad señorial.
La autora aborda magistralmente el tema del amor, vinculado a los problemas cotidianos que enfrentan nuestras comunidades. Además, la religión y la religiosidad aparecen como formas de vida comunitaria, herencia cultural, quizás, de los padres de la autora. También está presente la dura realidad de la capital, a la que todos llegamos cargados de sueños y desafíos.
Amantes de papel nos presenta un amor profundo y verdadero, que intercala los sentimientos apasionados con una auténtica amistad que trasciende incluso la muerte. Es una obra que representa la vida misma, llena de hipocresías y apariencias, en una sociedad donde los valores sociales nos imponen una máscara, y todo se valida por la mirada de los otros.
Maritza describe a la sociedad en todas sus dimensiones, con elegancia, estilo y un verbo florido, que atrapa al lector por el derroche de romanticismo en cada línea. Su creatividad para representar el amor y el sentir —esos que nos fueron arrebatados por la colonización del alma— es impresionante.
La obra guarda cierta cercanía con La vorágine, de José Eustasio Rivera, en algunos rasgos y características.
Destacan el arte con que se describe la naturaleza de Cajamarca (Esperanza), Llucán, Áncash, Lima y Huánuco. Es una novela que ama lo que la comunidad cría, para que el ser humano pose sus ojos de alegría y dolor sobre todo lo que le rodea. La naturaleza es expresión viva del sentir de sus personajes.
Está presente la denuncia de la violencia física, psicológica y sexual ejercida contra las mujeres. También se abordan problemas que afectan a las comunidades, como el abigeato, la corrupción y los atentados contra la vida, cuando se enfrentan los intereses de los poderosos.
La territorialidad, la comunalidad, la espiritualidad y la religiosidad están presentes en cada capítulo. También lo están la añoranza por la comida, la forma de ser y la manera de relacionarse con todo lo existente. El eurocentrismo y el cosmocentrismo dialogan como constantes.
El dolor de los personajes llega, en ocasiones, a ser sobrehumano. El desaliento y la desesperación que atraviesan Marisel, Adriano, Antonio, Oraime y Laura son situaciones que se viven en muchas comunidades.
La búsqueda de la identidad, el origen y el destino —¿quién soy?, ¿de dónde vengo?, ¿a dónde voy?— es un asunto filosófico que envuelve a los personajes.
Gracias por esta hermosa novela, querida Maritza. Me quedo con el deseo de seguir leyéndote. Mejor no digo más e invito a los lectores a descubrir tus personajes: Adriano Malasuerte, Marisel Silencio, Sebastián, Oraime, Carlos, Antonio y Margarita.
Editorial: Altazor
Lugar de publicación: Lima
Año de edición: 2013
Número de páginas: 381
ISBN: 9786124122910
Formato: 21.8 x 13.8
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